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La exclusiva fantasma de la princesa de Asturias
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La exclusiva fantasma de la princesa de Asturias

Ha sido el runrún de los últimos días. Tras la metedura de pata del 2006, cuando los príncipes posaron en exclusiva para el dominical de El

Foto: La exclusiva fantasma de la princesa de Asturias
La exclusiva fantasma de la princesa de Asturias

Ha sido el runrún de los últimos días. Tras la metedura de pata del 2006, cuando los príncipes posaron en exclusiva para el dominical de El País, la posibilidad de un segundo error de estas características resultaba sorprendente. Si en aquel momento la imagen del heredero y su mujer mirando a cámara en uno de los saloncitos de recibir de Zarzuela mosqueaban al resto de la profesión, una entrevista exclusiva de la princesa Letizia era la guinda a la pocas (mejor dicho nulas) facilidades que suelen dar a los medios para temas no institucionales.

Miguel Ángel Mellado, director Adjunto de El Mundo resumió en una columna el enfado monumental de la prensa: “La Casa Real sabrá por qué ha roto un pacto no escrito concediendo un edulcorado posado exclusivo a Prisa, en unas instalaciones que se pagan con el dinero de todos, ¿Será que en la Casa manda ella?”.

Esta vez se trataba de una  entrevista en toda regla. La noticia publicada en Monarquía Confidencial daba datos concretos sobre la decisión real y el nombre del medio elegido por la princesa. Se trataba de Yo Dona, uno de los suplementos de El Mundo que dirige Charo Izquierdo. La primera sorprendida por la repercusión de la exclusiva fantasma era la propia directora. “No tengo ni idea de dónde ha salido la historia. ¡Ojala fuera verdad!, pero no es cierto. Claro que hemos enviado a la secretaría petición de entrevistas y no sólo con ella sino con la reina, con el príncipe…”.

El caso es que la bola se fue agrandando de tal forma que ya se hablaba no sólo del contenido sino del continente. De lo que decía la ex periodista y de lo que callaba; de lo que hacían las infantitas y de cómo compartía tareas con su marido… Dados los antecedentes de la anterior exclusiva tampoco resultaba tan extraño y de ahí que el departamento de comunicación de Zarzuela con su nuevo responsable a la cabeza diera por zanjado el asunto negando la información.

“En estos momentos no se plantea que la princesa de Asturias conceda ninguna entrevista. Hay muchas peticiones pero no se contempla”, afirmaba Ramón Iribarren. A diferencia de otras ocasiones en que se daba la callada por respuesta y era complicado, por no decir imposible, recabar una explicación que se pudiera publicar, el nuevo jefe cumple con su trabajo cuyo sueldo, igual que el del Rey y el príncipe, pagan todos los españoles. Desde que Iribarren accedió al cargo parece que algo se mueve en Zarzuela. Esta frase no es el título de un tango y sí la imagen que parece desprenderse de la nueva forma de comunicarse con la prensa.

La opacidad que rodea la vida no institucional de los príncipes es llamativa si se compara con el resto de “primos” -así se llaman entre ellos- de las casas reinantes europeas. Por ejemplo, no habría pasado nada si el príncipe el día de su 42 cumpleaños hubiera recibido a la agencia Efe -que también pagan todos los españoles- acompañado de Letizia y las niñas apagando las velas y después distribuirlas. No hubo nada de esto. Celebraron la fiesta en la Casa de Asturias -tal y como se refieren los amigos a la vivienda real- con la abuela Paloma Rocasolano y el bisabuelo Francisco.

Y como esta situación otras muchas, ¿Por qué no se puede saber públicamente que pasaron parte de las fiestas de Navidad en Londres? Seguramente lo hicieran con los primos griegos -María Chantal y Pablo- en la casa de campo que tienen en West Sussex. Las imágenes de las niñas Borbón correteando con los 'primitos' Grecia/Miller habrían resultado de lo más atractivo.

Lo peor es acostumbrarse a esa falta de fotos familiares que fueron piezas fundamentales para que la ciudadanía conociera a los reyes cuando “no éramos nadie”, como definió la reina doña Sofía su realidad histórica y social durante la dictadura.

Las miles de peticiones para entrevistar a la princesa llegan a Zarzuela desde el momento de su compromiso oficial. Por ahora no se han hecho concesiones a ningún medio. Aunque pensando un poco mal, también podría tratarse de un globo sonda para tantear el terreno.

Ha sido el runrún de los últimos días. Tras la metedura de pata del 2006, cuando los príncipes posaron en exclusiva para el dominical de El País, la posibilidad de un segundo error de estas características resultaba sorprendente. Si en aquel momento la imagen del heredero y su mujer mirando a cámara en uno de los saloncitos de recibir de Zarzuela mosqueaban al resto de la profesión, una entrevista exclusiva de la princesa Letizia era la guinda a la pocas (mejor dicho nulas) facilidades que suelen dar a los medios para temas no institucionales.