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La baronesa Thyssen se queda sin conocer al Papa
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La baronesa Thyssen se queda sin conocer al Papa

El domingo, Benedicto XVI celebraba una misa ante más de 25.000 fieles en plaza de San Carlo de Turín con motivo de su visita a la Sábana

Foto: La baronesa Thyssen se queda sin conocer al Papa
La baronesa Thyssen se queda sin conocer al Papa

El domingo, Benedicto XVI celebraba una misa ante más de 25.000 fieles en plaza de San Carlo de Turín con motivo de su visita a la Sábana Santa, una de las reliquias más veneradas de la Iglesia, en una jornada maratoniana que comenzó a las nueve de la mañana y terminó casi diez horas más tarde. Ratzinger fue recibido por el alcalde de la ciudad, Sergio Chiamparino, y la homilia contó con la presencia de las autoridades locales, John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, presidente de la Fiat, que acudió al oficio religioso en compañía de su mujer, y Vittorio Emanuele de Saboya, con su esposa y su hijo. Entre los miles de fieles que se congregaban en la capital de Piamonte, también se encontraba la baronesa Thyssen que, como buena “mujer católica, espiritual e intuitiva”, no se quiso perder la oportunidad de ver al Papa de cerca. Para la ocasión, lució orgullosa su atuendo negro, con collar de perlas australianas, la variedad que más cotiza en el mercado, y mantilla española incluida.

Tan sólo los máximos representantes locales, el séquito que habitualmente le acompaña, y un grupo de monjas de clausura -muchas de las cuales no habían salido del convento durante años- tuvieron la oportunidad de acompañar a Ratzinger durante su visita dentro del Duomo para venerar el sudario. Al parecer, Tita no se encontraba entre los afortunados, ya que Vanitatis ha podido hablar con el fotógrafo oficial de Benedicto XVI, Francesco, que ha asegurado que no recuerda haber fotografiado a la baronesa en ningún momento. Además, las audiencias privadas ahora tan sólo se conceden a Jefes de Estado, en periplo oficial. La única posibilidad de un encuentro papal para la madre de Borja es acudir a las audiencias públicas que todos los miércoles tienen lugar en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se pueden intercambiar algunas palabras con el Santo Padre, quien incluso acepta obsequios.

Según cuenta la periodista Paloma Gómez Borrero a Vanitatis, Carmen Cervera tuvo la oportunidad, en los ochenta, antes de casarse con Heini, de acudir al besamanos de Juan Pablo II, pero declinó la proposición ya que no estaba casada con el barón. “Fue todo un gesto por su parte”, comenta la periodista. La pareja, que celebró su enlace en 1985 por lo civil, se encontraba de visita en el Vaticano con motivo de la exposición de más de 40 cuadros de la colección Thyssen-Bornemisza en el Brazo de Carlomagno del Vaticano, que hace las veces de centro de exposiciones. Entonces, la baronesa no pudo hacerse la fotografía de rigor con el máximo representante de la Iglesia católica por su estado civil. Ahora, ya viuda, tampoco lo ha conseguido.

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