Los príncipes de Asturias prefieren a Alejandro Sanz

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero con eso de haberse ido a hacer las Américas, Alejandro Sanz ha conseguido dejar el pabellón bien alto. Por eso, para su concierto de ayer por la noche en Madrid, no podía haber escogido otro escenario que el Palacio de los Deportes.

Allí se dieron cita numerosos rostros conocidos que para él son, más que público, amigos. Tantos fueron a ver a Alejandro Sanz que quedaron pocos para acudir al estreno del musical Mamma Mía, que regresaba a la capital tras una temporada de gira por nuestro país. Aunque también se dejaron ver por allí algunos rostros conocidos. Desde las chicas de Sé lo que hicisteis, hasta María Adánez pasando por Mireia Canalda. (Vea las imágenes)

Alejandro, mientras tanto, daba el do de pecho a unos cuantos metros del teatro Coliseum de la Gran Vía, y lo hacía con unos invitados tan inesperados como de excepción: los príncipes de Asturias. Don Felipe y Letizia Ortiz se desplazaron hasta el palacio de los deportes de la Comunidad de Madrid y se llevaron con ellos la atención de todos los medios, que no esperaban que el príncipe y su esposa se fueran a dar un paseo por allí y a corear las canciones del artista madrileño.

Ataviada con unos pantalones blancos y una camisola, la nuera del Rey Juan Carlos y su marido, también con ropa casual, se rodearon de un grupo de amigas y disfrutaron con los temas de Sanz, que puso encima del escenario a David Bisbal -con Elena Tablada entre el público-, a su inseparable Malú, con quien le une una amistad desde hace años, e incluso dio la palmada de bienvenida al mundo artístico a su telonera, Sara Vega.

La joven en cuestión no es otra que la hermana pequeña de la actriz Paz Vega, que está dando sus primeras zancadas en esto de la canción y parece que con buen tino, ya que ayer por la noche se dio su primer baño de masas de la mano de Sanz con presencia real en auditorio incluido. Ni más ni menos que 15.000 espectadores escucharon al artista en su concierto en ese lugar que, según afirmó el cantante, micrófono en mano, no es Las Ventas, pero su público sí es el mismo que iría a verle si actuara en la plaza. 

Desde el coso o fuera de él, sin duda, la presencia real le echó un capote en eso de atraer la atención hacia el concierto, que hizo que el resto de los acontecimientos de la noche madrileña quedaran un tanto deslucidos. El siguiente paso para Sanz, casi sin anestesia, será un concierto en Barcelona que, a nivel de invitados VIP difícilmente podrá superar al de Madrid. Es lo mínimo para un artista que siempre está viviendo deprisa en su propio Paraíso Express.