Homenaje a Mingote, el hombre que hace reír a la reina Sofía

No todo el mundo tiene la suerte de cumplir 91 años y seguir en activo. Quizá el capitán Antonio Mingote -sí, en su día llegó a capitán del ejército-, simplemente no sepa estar parado. O tal vez se trate de una necesidad impuesta por una creatividad sin límites que ha hecho que muchos le admiren más allá de sus inconfundibles dibujos, que acompañan tantas mañanas los desayunos de los lectores de ABC.

Ese torrente creativo y sabio le ha llevado a ocupar el sillón de la letra ‘r’ en la Real Academia de la Lengua Española, y a que sus chistes hayan sido traducidos por medios extranjeros como The New York Times. Por supuesto, también le ha hecho merecedor de numerosos homenajes; el último de ellos, un premio entregado por el Club Empresarial Nexo, que le honró ayer con un reconocimiento a toda una trayectoria profesional.

Al almuerzo, celebrado en Casa De Monico, no faltaron ni los compañeros ni los amigos ni, por supuesto, su compañera vital, su báculo, su esposa Isabel. En la mesa de Mingote se sentaron Ana Botella, Alfonso Ussía, María Teresa Campos y Luis del Olmo, entre otros. Pero hubo muchos más. Desde Laura Valenzuela y Lina Morgan, hasta Norma Duval, pasando por la aparición estelar de Borja Thyssen y Blanca Cuesta, que acapararon las miradas de la prensa.

Una vez sentados a la mesa, el protagonista volvió a ser el homenajeado. Lo fue primero por los organizadores, después por Josema Yuste y luego por su gran amigo Alfonso Ussía. Luis del Olmo, que acaba de superar los 11.000 programas en Protagonistas, aseguraba que los mejores momentos de todo este tiempo los había pasado con Mingote, que cuenta entre sus seguidores con la mismísima reina Sofía. De hecho, Casa Real hizo llegar un telegrama al homenajeado para felicitarle por la distinción.

El último en hablar fue él, tras recibir la placa que le distinguía con este reconocimiento. Allí dio las gracias a los asistentes por acompañarle en una época en la que “cada vez vivimos más tiempo, pero tenemos menos tiempo para vivir”.

En un divertido y humilde discurso, que le describe a la perfección, Mingote aseguraba: “Probablemente sea mayor que todos los que estáis aquí, aunque siempre habrá algún extravagante que haya nacido antes”. Quizá por esa calma que da la edad, echaba mano de la clásica frase ‘alguien no muere mientras haya alguien que le recuerde’ para decir: “Espero que viva muchos años, también en vuestro recuerdo como amigo vuestro que soy”.

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