Elena Tablada se queda sin medio de transporte

La separación de David Bisbal y Elena Tablada se ha convertido en un serial por capítulos donde por haber hay hasta traidores que venden datos, sean ciertos o no. Los protagonistas, por su parte, se mantienen en un 'perfil bajo' intentando solucionar el asunto lo antes posible. El cantante es uno de lo pocos artistas que tiene completa la agenda de galas y está viajando constantemente dentro y fuera de España. Su próximo destino internacional será México, donde tiene un club de incondicionales que le piden que vuelva con Chenoa porque dicen: “Ella si es la mujer de tu vida”.

A los fans les da igual que la ex novia esté encantada con Alain Cornejo, un señor estupendo que la hace muy feliz. El caso es que entre concierto y concierto, Bisbal procura hablar lo menos posible de su separación. Y son los colaterales los que han decidido contar historietas íntimas, muchas de ellas  recreadas e inventadas porque en algunos casos, como en el del servicio doméstico, firmaron un contrato de confidencialidad que les impide desvelar el día a día de la pareja. Sin embargo, una asistenta que estuvo sólo tres semanas en el domicilio y que cuenta con el “asesoramiento” de unos traidores, ha sido la “largona” oficial.

Nunca la echaron, sino que la pareja necesitaba personal interno para la casa de Madrid, y de ahí que decidieran prescindir de sus servicios, porque ella prefería trabajar por horas. En cuanto a determinadas informaciones sobre la situación legal de la pareja, por ahora no se ha iniciado ningún trámite para establecer la manutención de Ella, así como el régimen de visitas. Según ha sabido Vanitatis, el padre puede visitar a la hija siempre que quiera, porque Tablada no ha puesto ningún inconveniente. Es más, el cantante suele acercarse al que durante cinco años fue domicilio familiar y seguirá siéndolo porque no existen cambios  estructurales en  este aspecto.

Por ahora, no hay indicios de que quiera vender la casa que está a nombre de su sociedad y mucho menos que pretenda desocupar a Elena y Ella. Aunque la pareja mantiene una relación distante, todo lo que concierne a la hija lo hablan personalmente y no a través de los abogados respectivos, que aún no han negociado ninguna partida económica. Quizá el único elemento discordante, que ya lo era anterior a la disolución afectiva, sea la obsesión por el ahorro del cantante en las parcelas domésticas de su vida.

Cuando se mudaron de la casa de la familia Tablada en la Moraleja, en la que estuvo viviendo con Elena durante un año “gratis total”, al chalet de Ciudalcampo no aumentó la flota automovilística. Funcionaban con un solo coche y cuando Elena necesitaba desplazarse lo pedía prestado a su familia, que se lo cedía con el depósito lleno. Con el cambio afectivo, Bisbal se llevó el coche, porque ahora  él lo necesita cuando tiene que ir a ver a la niña. En este sentido, Elena lo tiene más fácil al ser su familia mucho más generosa y no tendrá que tomar el transporte público cada vez que tenga que salir de casa.

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