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Los expertos opinan: "La duquesa debería haber ido de negro, no de rosa"
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Los expertos opinan: "La duquesa debería haber ido de negro, no de rosa"

La boda del siglo, del año, todo un acontecimiento, una provocación, un esperpento al más puro estilo Valle Inclán… Mil definiciones para el enlace de la

La boda del siglo, del año, todo un acontecimiento, una provocación, un esperpento al más puro estilo Valle Inclán… Mil definiciones para el enlace de la duquesa de Alba, la aristócrata con más títulos de Europa, con el funcionario Alfonso Díez. La ceremonia, que tuvo lugar en el palacio de Dueñas de Sevilla, ha provocado una auténtica revolución y, como en cualquier bodorrio que se precie, el vestido de la novia ha sido objeto de todo tipo de comentarios.Vanitatis se ha puesto en contacto con varios expertos en moda, que han valorado el diseño de la aristócrata y el enlace en conjunto, que ha sido de todo menos convencional.

Pedro Mansilla, sociólogo y crítico de moda, ha valorado el diseño de la tercera boda de doña Cayetana en aras de la corrección, pero afirma que debería haber ido al altar con un vestido negro. “Habría ido muy elegante de negro con unas perlas blancas. Además hubiese sido todo un guiño a sus antepasados. Si hubiese nacido en la época de Felipe III casi la habrían obligado a casarse de ese color. Tiene una gran responsabilidad histórica y hubiese sido una astucia final por su parte. Rubens también la hubiese pintado de negro”.

Por su parte, Josie, reconocido estilista y director del departamento de estilismo del Instituto Europeo de diseño, alaba el gusto de la duquesa por los colores alternativos o los estampados. Incluso como opción en un día tan importante. “Esta es la unión de dos grandes looks de la España contemporánea. Ella y su combinatoria de texturas, la semántica de estampados difíciles con complementos baratos, su hipismo viajero y ese pelo blanco que era la hortensia más reluciente de la capilla de Dueñas”, dice. Aunque recuerda con nostalgia el diseño que Cayetana lució en su segunda boda con Aguirre. “El vestido de Dafnis de su segunda boda era difícil de superar, pero con irisados o algún color destelleante como el del look #7 de Rochas para la primavera que viene, hubiera resultado más mágica. Ese rosa maquillaje no era su rosa, pero este era su día, su baile, su fuerza, sus ganas de vivir, de pasarlo bien hasta el final, de morir viviendo... Olé!”.

Carmen Lomana, en cambio, ha apuntado que el vestido, diseñado por Victorio y Luchinno, era previsible. “Iba bien. Muy en su línea. Con volantes, color, flores, terciopelo… Es imposible imaginarse a la duquesa de Alba vestida de forma sobria. El diseño tiene un toque hippie, porque ella siempre ha vestido así. Tenía la convicción de que iría de rosa, porque fue de azul en la boda de la hija de Carmen Tello y de beige en su boda con Aguirre. Fue un vestido que me recordaba mucho a este”, comenta.

Por su parte, el diseñador Eduardo Ladrón de Guevara, que se encarga del vestuario de la ópera El pequeño deshollinador, apunta: “Cayetana tendría que haber nacido en estos tiempos. La forma tan peculiar en la que viste es todo un signo de rebeldía, porque parece que nadie la entiende. Sin duda alguna, el vestido lo ha llenado ella, con su espíritu. No era hippie en mi opinión, sino de un marcado toque goyesco-romántico. Esa es su idiosincrasia: una flor grande, un brillante pequeño…”.

Sobre el novio, Josie, el que fuera profesor en el concurso Supermodelo afirma: “Él, un funcionario que ha caído del cielo para la moda hombre, ha recuperado la cordura de los buenos básicos americanos de los 90´s que lucen juveniles en un cuerpo apolíneo de tercera edad, las round metal de Ray-Ban que él puso de moda y son las gafas del momento (yo las llamo “chamarileras” y por supuesto las llevo), la gama de azules que maneja y esa cara ajada, le dan un aspecto casi más aristocrático que el de algunos miembros sangre-azul de su familia política”. Por su parte, Ladrón de Guevara dice: “Ha estado muy correcto. Súper tímido. Ha sido sin duda el gran triunfador de la boda”. Mientras que Pedro Mansilla concluye: “Él ha estado perfecto. Quizá el chaqué le quedaba un poco grande. Me recuerda a la elegancia del duque de Edimburgo, el marido de la reina Isabel II”.

La boda del siglo, del año, todo un acontecimiento, una provocación, un esperpento al más puro estilo Valle Inclán… Mil definiciones para el enlace de la duquesa de Alba, la aristócrata con más títulos de Europa, con el funcionario Alfonso Díez. La ceremonia, que tuvo lugar en el palacio de Dueñas de Sevilla, ha provocado una auténtica revolución y, como en cualquier bodorrio que se precie, el vestido de la novia ha sido objeto de todo tipo de comentarios.Vanitatis se ha puesto en contacto con varios expertos en moda, que han valorado el diseño de la aristócrata y el enlace en conjunto, que ha sido de todo menos convencional.