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Schwarzenegger ejerce de 'padrino' en una de boda en Madrid
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Schwarzenegger ejerce de 'padrino' en una de boda en Madrid

Aterrizó en Madrid en el aeropuerto de Torrejón en su avión privado para inaugurar la primera edición europea de la “Arnold Classic”. Un festival multideportivo, donde

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Schwarzenegger ejerce de 'padrino' en una de boda en Madrid

Aterrizó en Madrid en el aeropuerto de Torrejón en su avión privado para inaugurar la primera edición europea de la “Arnold Classic”. Un festival multideportivo, donde se han reunido los mejores culturistas del mundo, además de otros profesionales de diversas disciplinas. El exgobernador de California, arte y parte de esta competición internacional, vino con su hijo Patrick y un sobrino, que disfrutaron de la noche madrileña mientras él se recogía en el Hotel Ritz. Los chicos se fueron  a descubrir la noche, pero siempre dentro de un orden, porque iban acompañados de los guardaespaldas del actor. Por lo tanto, excesos pocos.

Pasearon por la zona de la plaza de Santa Ana y a la una volvieron al hotel. El actor conocía España, porque hace muchos años estuvo rodando aquí Conan El Bárbaro. Comentó que era un país que le gustaba mucho. Con María Shriver, su ex mujer, visitó en varias ocasiones Madrid en calidad de turistas y sin ninguna parafernalia como la de ahora. De todas formas, no solicitó extravagancias en ninguno de los lugares que visitó y tampoco los adolescentes que el sábado por la tarde se fueron al Corte Inglés de Castellana.

Estaba previsto que Arnold Schwarzenegger acudiera con ellos, pero al final se quedó entrenando en el hotel. El viernes cenaron en el restaurante La Pesquera en la Casa de Campo y, como alternativa lúdica en los postres, tuvieron su cuadro flamenco.

El sábado les habían organizado un encuentro gastronómico en el Casino de Madrid y aquí fue donde sucedió la anécdota del viaje. Resulta que en el mismo momento en que el culturista entraba por la puerta del casino, lo hacía también una pareja de novios que ese día celebraban su fiesta nupcial en los salones del mítico edifico. Al verlo llegar, la novia pensó que se trataba de un doble y que formaba parte de la clásica gracieta de los amigas, en plan “ponga un Arnold en su vida”. Una vez desecho el entuerto, Schwarzenegger ejerció casi de padrino posando con  la pareja y hasta se acercó al salón para brindar con los recién casados.

Aterrizó en Madrid en el aeropuerto de Torrejón en su avión privado para inaugurar la primera edición europea de la “Arnold Classic”. Un festival multideportivo, donde se han reunido los mejores culturistas del mundo, además de otros profesionales de diversas disciplinas. El exgobernador de California, arte y parte de esta competición internacional, vino con su hijo Patrick y un sobrino, que disfrutaron de la noche madrileña mientras él se recogía en el Hotel Ritz. Los chicos se fueron  a descubrir la noche, pero siempre dentro de un orden, porque iban acompañados de los guardaespaldas del actor. Por lo tanto, excesos pocos.

Pasearon por la zona de la plaza de Santa Ana y a la una volvieron al hotel. El actor conocía España, porque hace muchos años estuvo rodando aquí Conan El Bárbaro. Comentó que era un país que le gustaba mucho. Con María Shriver, su ex mujer, visitó en varias ocasiones Madrid en calidad de turistas y sin ninguna parafernalia como la de ahora. De todas formas, no solicitó extravagancias en ninguno de los lugares que visitó y tampoco los adolescentes que el sábado por la tarde se fueron al Corte Inglés de Castellana.

Estaba previsto que Arnold Schwarzenegger acudiera con ellos, pero al final se quedó entrenando en el hotel. El viernes cenaron en el restaurante La Pesquera en la Casa de Campo y, como alternativa lúdica en los postres, tuvieron su cuadro flamenco.

El sábado les habían organizado un encuentro gastronómico en el Casino de Madrid y aquí fue donde sucedió la anécdota del viaje. Resulta que en el mismo momento en que el culturista entraba por la puerta del casino, lo hacía también una pareja de novios que ese día celebraban su fiesta nupcial en los salones del mítico edifico. Al verlo llegar, la novia pensó que se trataba de un doble y que formaba parte de la clásica gracieta de los amigas, en plan “ponga un Arnold en su vida”. Una vez desecho el entuerto, Schwarzenegger ejerció casi de padrino posando con  la pareja y hasta se acercó al salón para brindar con los recién casados.