La princesa Letizia sale a comer con tres amigos... de nuevo sin el Príncipe

Hasta hace unos meses, pocas eran las ocasiones en las que se podía ver a los príncipes de Asturias por separado. Pero, de un tiempo a esta parte, coincidiendo con su séptimo aniversario de casados, Felipe y Letizia hacen cada vez más planes por separado y se muestran más fríos de cara a la galería, dando pábulo a ciertos rumores sobre un distanciamiento entre la pareja.

Según ha podido saber Vanitatis, la princesa de Asturias salió la semana pasada, concretamente el martes 8 de noviembre, a comer con un reducido grupo de amigos a un restaurante especializado en comida ecológica, ubicado en el centro de Madrid, sin su marido, que no tenía ningún acto programado en la agenda oficial. Lo que más llamó la atención de los comensales que también se encontraban en el establecimiento fue, en primer lugar, además de la ausencia del príncipe, que la consorte del futuro heredero no rehuyera sentarse justo al lado de la ventana, que daba a una transitada calle, y, en segundo, que el grupo con el que compartió mesa y mantel estuviera integrado exclusivamente por hombres.

Las últimas salidas lúdicas de Letizia no han transcurrido en los cauces de lo anodino, sino en los de la controversia. Un claro ejemplo: cuando la nuera real fue a una sesión nocturna de cine completamente sola, tal y como contó en exclusiva Vanitatis. A su vez, Felipe hace sus propios planes: hace unas semanas estuvo cenado con tres matrimonios en un restaurante de moda de la capital sin su esposa y acudió también solo a la boda de la hija del doctor Alfonso del Corral, mientras ella se quedaba en casa sin motivo aparente para declinar la invitación.

Al parecer, existen discrepancias en la pareja real a la hora de elegir el círculo de amigos que frecuentar. Mientras el príncipe Felipe ha vuelto a retomar el contacto con sus amigos de siempre, entre los que se encuentran los hermanos Fuster o los íntimos que mantuvieron en secreto su noviazgo con Eva Sannum, la princesa prefiere quedar con sus amigas de soltera, con las que compartió pupitre durante la carrera, las que conoció durante su etapa en TVE o con su hermana Telma, con la que hace mucha vida cultural. O también con Felipe Varela, su diseñador de cámara, y el marido de éste con los que recientemente se la vio cenando en un cubano de Madrid, donde negó ser la princesa a uno de los camareros.

Dicen que la que fuera periodista de la cadena pública no se siente a gusto en los círculos refinados a los que está acostumbrado el príncipe y que no le gusta nada el ‘pijerío’. Por eso, el otro día se marchó a grito pelao de un exclusivo restaurante del barrio de Salamanca, donde coincidió con Esperanza Aguirre, en el que, al parecer, Letizia consideró que había demasiado pedigrí concentrado. Algunos amigos de la pareja, tal vez los menos cortesanos, han declarado que tal es el punto perfeccionista de la princesa de Asturias, que ha provocado que su carácter se haya agriado paulatinamente y que sus habituales enfados ya no hagan tanta gracia, como cuando interrumpió al príncipe durante su presentación como prometida a los medios en 2004. Sea como fuere, queda claro que los príncipes de Asturias disfrutan últimamente de su tiempo de ocio por separado.