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La nueva vida de soltera de Raquel del Rosario
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La nueva vida de soltera de Raquel del Rosario

Para Raquel del Rosario estas navidades han sido "raras", tal y como ella misma ha confesado en alguna ocasión. Son las primeras que pasa tras el anuncio,

Para Raquel del Rosario estas navidades han sido "raras", tal y como ella misma ha confesado en alguna ocasión. Son las primeras que pasa tras el anuncio, vía comunicado, del fin de su matrimonio con Fernando Alonso, con el que ha estado casada un lustro.

Las semanas que han transcurrido desde que se conoció la ruptura, las primeras de su vuelta a la soltería, se han desarrollado entre Oviedo, donde se encuentra el estudio en el que compone, ensaya y graba con su grupo, El Sueño de Morfeo, y su Teror natal (un municipio de Gran Canaria).

Allí se ha refugiado en su familia y su trabajo, alejada de los flashes -salvo por el empresario millonario mexicano con el que la han relacionado en los últimos días y que ella misma se encargó de desmentir a través de su cuenta personal de Twitter-, y ha aprovechado para descansar y realizar excursiones con sus hermanas, mientras su expareja se convertía en pasto del aluvión mediático por haber comenzado una supuesta relación con la modelo suiza Xenia Tchoumitcheva.

De incipiente cantante a exmujer del bicampeón

Cuando conoció al piloto de Ferrari, durante el transcurso de un programa radiofónico en Oviedo en el que se homenajeaba a Alonso tras la consecución del título de Campeón del Mundo de F1, Raquel del Rosario era la cantante de un grupo, El sueño de Morfeo, que comenzaba a despegar. A partir de ese momento, su nombre empezó a leerse en las revistas del cuore y a escucharse en las radiofórmulas.

Poco después, la canaria conseguía un trampolín perfecto gracias a la serie Los Serrano, donde hizo tres apariciones estelares y se encargó de la canción de cabecera de la ficción, en un dueto con Fran Perea, Uno más uno son siete, que se convirtió en todo un hit y bien le valió su primer contrato discográfico con su grupo, gracias a la productora de la serie.

Tras una boda sorpresa en el municipio asturiano de Limanes que trascendió a la prensa mucho después, los compromisos de la pareja los mantenían la mayor parte del año separados. Del Rosario, que se dejaba ver en alguna ocasión por el paddock de los circuitos apoyando a su marido, se centró en su carrera y llegó a colaborar con cantantes como Diego Martín o Nek, además de participar en el Festival de la Canción de San Remo, donde cantó con el italiano Luca Barbarossa.

Su recién adquirida fama le permitió dedicarse a su otra pasión: la moda. A través de la marca Ewan, de la que además es imagen, la cantante realiza los diseños y controla todas las fases de la producción. Después llegaron los reportajes en revistas, el blog de moda y algún disco más, todo ello aderezado con la comodidad que le permitía su residencia en Mónaco primero, y en Lugano (Suiza) después.

Tras la separación, a Raquel del Rosario le queda centrarse en su nuevo álbum de título revelador, Buscando sonrisas, cuyo lanzamiento está previsto para el mes que viene, mientras espera la resolución de su ya extinto matrimonio. De hecho, su divorcio podría convertirse en uno de los más caros de los últimos tiempos en el caso de que la pareja hubiera aceptado su unión en base a un régimen de bienes gananciales. En este caso, ella podría exigirle una cantidad cercana a los 60 millones de euros. Por lo pronto, le queda el casoplón que su entonces marido le compró el pasado año en el municipio de Santa Brígida, en Gran Canaria.

Para Raquel del Rosario estas navidades han sido "raras", tal y como ella misma ha confesado en alguna ocasión. Son las primeras que pasa tras el anuncio, vía comunicado, del fin de su matrimonio con Fernando Alonso, con el que ha estado casada un lustro.