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El draconiano ayuno del dueño de Mango, Isak Andic, en la clínica Büchinger de Marbella
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El draconiano ayuno del dueño de Mango, Isak Andic, en la clínica Büchinger de Marbella

Tal como decía Platón, “Somos lo que comemos”, y los famosos vienen a Marbella ávidos de siluetas renacentistas. Dietas personalizadas, paseos para poner a punto el

Tal como decía Platón, “Somos lo que comemos”, y los famosos vienen a Marbella ávidos de siluetas renacentistas. Dietas personalizadas, paseos para poner a punto el organismo, baños de burbujas o caldos reponedores. La Milla de Oro no se ciñe al segmento de sol y playa o al de las tiendas de moda de firmas. Hay otra filosofía detrás del consumo.

Los dos pesos pesados que han servido para la mejora de cuerpo y alma en Marbella en los últimos años han sido el desparecido hotel Incosol y la Clínica Büchinger. Uno de los últimos en someterse a una cura de abstinencia alimentaria en la Büchinger, rota sólo por la ingesta de líquido, para depurar su organismo, ha sido el dueño y fundador de la firma de moda Mango, Isak Andic. El método se conoce como ayunoterapia: un punto eremita para limpiar el cuerpo que le sienta fenomenal a uno de los españoles más adinerados, según la revista Forbes.

Vanitatis ha podido saber que Andic estuvo en la clínica en fechas navideñas, en busca más de tranquilidad y sosiego que de perder peso, según narran fuentes cercanas a la clínica. Su estancia en la zona de Sierra Blanca no ha sido, de todos modos, un tiempo de holganza y reposo, porque su actividad diaria fue amplia en esta clínica: paseos, piscina, gimnasia, Tai Chi y, por supuesto, lectura y escritura.

Vargas Llosa y Carmen Sevilla, habituales

La filosofía de este centro no es solo la de perder kilos: el draconiano ayuno en la clínica va más allá. Como en la antigüedad, se trata de limpiar el organismo para depurar el alma. Ya lo decía Carmen Sevilla, una de las mejores precursoras de este centro: “Voy a la bunchingere que me dejan divina”. Y ahí la actriz se dejaba  unos pocos de centímetros en el camino, que recuperaba enseguida en la cafetería de Telecinco.

Allí coincidió en más de una ocasión con el premio Nobel Mario Vargas Llosa, que espera con ansiedad todos los años la llegada del mes de julio para ir a refugiarse a la clínica Büchinger. Cuando se le pregunta por qué le gusta pasar hambre, sonríe y dice: “Hay que entenderlo, debemos hacer una cura tanto física como mental, que es enormemente beneficiosa para el resto del año. Yo llevo mucho trajín el resto del año y esa vida tranquila, disciplinada y regular es perfecta”. Lo mismo que pensaba Jesús Gil, que no perdonaba pasar por este confesionario una vez al año.

La dieta de Isabel Sartorius

Camilo José Cela escribió su último manuscrito en una de sus largas estancias en Marbella. Le gustaba pisar el desaparecido Incosol, un hotel que inauguró como director médico el Marques de Villaverde y donde Carmen Martínez Bordió confesó a Vanitatis que se dio su primer beso de amor en los jardines, mientras su padre curaba enfermos.

El pintor Salvador Dalí, el príncipe Rainiero de Mónaco y la princesa Grace Kelly o el fallecido Rey Fahd de Arabia Saudí, cuando ejercía como príncipe, arribaban a estos métodos peculiares de Incosol. Algunos los elegían para lograr una figura más esbelta, como es el caso de la desaparecida Cristina Onassis; otros solo para mantener el tipo, como las ‘chicas OT’ Rosa López o Chenoa. Incluso Isabel Sartorius se sometió a la dieta de Incosol para mejorar su peso. Allí recibió un completo tratamiento que mejoró su figura. Y es que ya se lo decía la princesa Letizia en uno de los encuentros que tuvieron en un chiringuito de la casa de campo: “Isabel, dime lo que comes y te diré quién eres”. Y con este eslogan sintonizaron sus chacras.  

Tal como decía Platón, “Somos lo que comemos”, y los famosos vienen a Marbella ávidos de siluetas renacentistas. Dietas personalizadas, paseos para poner a punto el organismo, baños de burbujas o caldos reponedores. La Milla de Oro no se ciñe al segmento de sol y playa o al de las tiendas de moda de firmas. Hay otra filosofía detrás del consumo.

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