Miguel Boyer quiere arreglar el futuro económico de todos sus hijos

Este lunes, Miguel Boyer recibía el alta médica tras sufrir el infarto cerebral que le ha mantenido casi dos meses en el hospital Ruber de Madrid. Días muy complicados, donde se llegó a temer por su recuperación total e incluso parcial. Durante semanas, el parte médico no fue nada halagüeño y mucho menos el hecho de que durante tanto tiempo permaneciera en la UCI.

Ahora ya está en su casa de Puerta de Hierro, donde tendrá que seguir una rehabilitación muy dura para recuperar la total movilidad física. De la intelectual está prácticamente recuperado, según ha comentado su hija Laura a sus amistades. “En ese sentido, mi padre está muy bien y totalmente activo. Hace análisis de la crisis y de la situación económica como si no le hubiera pasado nada”.

Como ocurre con cualquier persona que ha estado entre la vida y la muerte, sí ha habido un cambio sustancial y que tiene que ver con el futuro de su familia. No sólo incluye a Ana, sino también a Laura y Miguel, los hijos que tuvo con Elena Arnedo, y es extensivo a los nietos.

Consciente de lo que le había ocurrido, una de las prioridades que tiene ahora en mente es organizar las cuestiones económicas para que no haya problemas entre su descendencia, sobre todo ahora que sus hijos e Isabel han vuelto a hablarse después de años de no tratarse.

Cuentan que incluso Boyer bromeaba con su hija Laura y le decía que llamara “mamá” a Preysler, que ha demostrado en todo momento un saber estar excepcional. No tenía necesidad de dar permiso para que el hospital facilitara el parte médico y lo hizo. Quizá de esta forma tampoco se ha especulado y en todo momento se ha sabido de la evolución del exministro. Precisamente, al ser un personaje tan conocido, Isabel Preylser quiso preservar su intimidad y por eso en un primer momento se llamó a un médico para que acudiera al domicilio. Una vez que el profesional observó la gravedad de las lesiones se le trasladó inmediatamente al Ruber.

Ahora Boyer tiene por delante un duro camino de rehabilitación, pero en cambio en el aspecto personal se han vuelto a recomponer sus dos núcleos familiares, que también incluye a los nietos. Uno de ellos compartió estudios con su hija Ana y se trataban como dos desconocidos sin tener en cuenta el hilo conductor en forma de abuelo/padre.