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La cena solidaria que unió a empresarios y banqueros con los desprotegidos colombianos
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La cena solidaria que unió a empresarios y banqueros con los desprotegidos colombianos

Esa noche los banqueros, directivos de grandes empresas y aristócratas con horario laboral  que acudieron al Hotel Mirasierra a la llamada de la colombiana Catalina Escobar,

Esa noche los banqueros, directivos de grandes empresas y aristócratas con horario laboral  que acudieron al Hotel Mirasierra a la llamada de la colombiana Catalina Escobar, una de las veinticinco mujeres más influyentes de los países emergentes, no lo hacían en calidad de su cargo sino por amistad con Paloma Antón y con la propia Catalina, creadora de la fundación Juan Felipe Gómez Escobar.

Se fundó hace diez años en Cartagena de Indias y llegó a España nueve años después, donde se organizó un patronato propio con colaboración, ayuda y participación de empresas como Unión Fenosa, Mapfre o Repsol, y con presencia de  profesionales de alto nivel que actúan a título personal y de manera altruista.

Esta vez se trataba de una cena previa a un cóctel donde todos los invitados no solo pagaron 150 euros por cabeza sino que también participaron en una rifa con fines solidarios. Se sorteó un collar y un anillo de la joyería Aldao, valorado en tres mil euros, que le tocó al presidente de Deustche Bank, Antonio Rodríguez-Pina, que tuvo el gesto de devolverlo para que se hiciera un nuevo sorteo. La encargada de animar esta rifa fue Verónica Mengod, que además de las joyas tuvo donaciones de grandes firmas de lujo donde participaron todos los presentes.

Esta fundación creada por Catalina Escobar, sin ánimo de lucro y cuyo objetivo es salvar niños menores de un año en condiciones de extrema pobreza y ayudar a madres adolescentes, tiene su origen en su tragedia personal cuando su hijo murió en un accidente doméstico.

Hasta ese momento su vida era la de una empresaria full time responsable de muchos de los negocios familiares que sabía, como cualquier persona que estuviera informada, de las tragedias de las madres adolescentes de su país y que colaboraba sin implicarse emocionalmente.

Pero la muerte de su hijo trastocó su trayectoria vital y decidió dejarlo todo para ofrecer un horizonte a ese grupo desfavorecido que no tenía futuro más allá del presente. Durante esos diez años, la fundación ha salvado la vida a cerca de tres mil niños y se ha formado a través de talleres educativos a  mil quinientas niñas/madre. Todos estos datos se fueron ofreciendo en el transcurso de la cena, a través de vídeos e imágenes que ofrecían el lado positivo de lo que se puede conseguir con un poco de esfuerzo. No sólo económico sino personal, como así se pudo comprobar en esta reunión.

Además de la familia Escobar también acudieron Ramón Areces, sobrino de Isidoro Álvarez; Fernando Gumuzio, dueño de la gestora de Fondos Azora; Pedro Guerrero, presidente de Bankinter; Luis Sánchez de Lamadrid, director General de Banca Privada Pictez&Cie; el presidente de Alliance Search, Joaquín San Martín; José Miguel Falcones, director general de Unidad de Negocios IBM; Guillermo Fierro, Lucrecia Botín, Carlos Santos, Elena Pérez- Maura, Cuchy Sandoval, Carmen Posada, Veva Longoria, Verónica Mengod, Hugo Rivas, Cuca Rodríguez-Marín, directora general de la Fundación o Marta Fanjul, que dieron su apoyo a Catalina y a las muchas madres adolescentes que con esta cena tendrán la posibilidad de acceder a una vida con un futuro feliz. 

Esa noche los banqueros, directivos de grandes empresas y aristócratas con horario laboral  que acudieron al Hotel Mirasierra a la llamada de la colombiana Catalina Escobar, una de las veinticinco mujeres más influyentes de los países emergentes, no lo hacían en calidad de su cargo sino por amistad con Paloma Antón y con la propia Catalina, creadora de la fundación Juan Felipe Gómez Escobar.