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Sharay Abellán: de Iker Casillas a La Voz
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Sharay Abellán: de Iker Casillas a La Voz

Que de casta le viene al galgo no es un axioma que se cumpla siempre, a pesar de que el refranero popular se reconoce sabio y

Foto: Sharay Abellán: de Iker Casillas a La Voz
Sharay Abellán: de Iker Casillas a La Voz

Que de casta le viene al galgo no es un axioma que se cumpla siempre, a pesar de que el refranero popular se reconoce sabio y no entiende de excepciones. Pero las hay. Que se lo digan a Sharay Abellán, la concursante de La Voz que ha traído la polémica bajo el brazo al programa musical con ínfulas mesiánicas para la cadena de Vasile. Sus padres son reconocidos periodistas, con cierta influencia en el establishment. Su madre Mara Colás, colaboradora de la emisora de Federico Jiménez Losantos, y su padre, el inconfundible José Antonio Abellán, casi más conocido en los círculos futbolísticos que Cristiano Ronaldo. E influyente como el astro portugués. En cambio, el bautizo mediático de su hija no ha podido ser más nefasto.

Cantó y fue expulsada porque su compañera, según su mentor, el cantante David Bisbal, lo hacía mejor que ella. Sin embargo, ella invocó el nombre de su todopoderoso progenitor y se marchó enfadada. “Tú sabes quién es mi padre, ¿verdad?”, le espetó en un arrebato que se entendió como una venganza por su defenestración como nuevo concepto de triunfita. Aquello no le hizo mucha justicia, más bien todo lo contrario. Por poco, la polémica se la come. Hace un tiempo, también saltó a la prensa por una relación muy especial con Iker Casillas, otro fenómeno de masas como el concurso de Telecinco. Se besaron y se abrazaron en público. Podría haber sido una bonita historia de amor. 

De nuevo, salió expulsada de aquella empresa. Es un decir, lo suyo con el portero del Real Madrid, con el cancerbero de la Selección, San Iker, no funcionó. Sharay, una auténtica desconocida con nombre de primera dama bíblica que ahora es la controversia en persona, no cruzó la pasarela en el corazón de Iker, que acababa de romper con Ana Isabel Medinabeitia, ahora pareja de Gonzalo Miró. Cuentan en los mentideros de la villa que Iker pasó una Nochevieja en casa de su amigo Abellán y se enamoró de su hija. Días antes fueron vistos paseando con un grupo de amigos por La Latina, el típico barrio de Madrid donde tomar unas cañas y emprender nuevos proyectos.

En cambio, al poco tiempo llegó Sara Carbonero, que también es una apasionada de la música desde los ocho años, aunque muchos no lo sepan, y Sharay, que entonces vivía en Estados Unidos, pasó a ser tan solo la hija de su amigo.  Ahora, la historia se repite. Lo suyo con la prensa no es cosa buena. Aquella rabieta inicial con Bisbal no le ha servido de catapulta. Lejos de aprovechar la controversia, la mejor campaña de marketing y publicidad para muchos artistas, la joven se ha atrincherado en su casa. “Está destrozada, no quiere salir a la calle”, dicen quienes la conocen.”No lo hizo con mala intención. Fue un simple comentario”, apuntan otros. Solo ha salido de su domicilio para dar explicaciones en una edición especial, que se emitió este jueves por la noche. “Quiero volver a mi vida anterior”, manifestó durante su primera aparición pública, en un tono nada alentador.

Su futuro profesional también pende de un hilo. Susana Urobarri, representante de artistas y amiga de la familia, se ha ofrecido para gestionar su carrera. De ahí que Sharay apareciera por sorpresa en la fiesta de despedida de soltería que Julio José Iglesias ofreció para sus amigos famosos hace unos días en la discoteca Gabana de la capital. Mientras, su padre jura venganza, al más puro estilo espadachín Iñigo Montoya, a todos aquellos que han malinterpretado las palabras de Sharay, que en tan solo unos años ha pasado a ser conocida por su corta relación con Casillas a la más polémica de las concursantes del fenómeno televisivo de la temporada. Quién sabe si el refranero popular de nuevo le vuelve a brindar la oportunidad y a la tercera, lo consigue.

Que de casta le viene al galgo no es un axioma que se cumpla siempre, a pesar de que el refranero popular se reconoce sabio y no entiende de excepciones. Pero las hay. Que se lo digan a Sharay Abellán, la concursante de La Voz que ha traído la polémica bajo el brazo al programa musical con ínfulas mesiánicas para la cadena de Vasile. Sus padres son reconocidos periodistas, con cierta influencia en el establishment. Su madre Mara Colás, colaboradora de la emisora de Federico Jiménez Losantos, y su padre, el inconfundible José Antonio Abellán, casi más conocido en los círculos futbolísticos que Cristiano Ronaldo. E influyente como el astro portugués. En cambio, el bautizo mediático de su hija no ha podido ser más nefasto.

Iker Casillas