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Ana Boyer, la más Preysler de las hijas de Isabel
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Ana Boyer, la más Preysler de las hijas de Isabel

La relación de Ana Boyer con el joven dentista José Manuel Losada, con el que se ha dejado ver en sitios recónditos a pesar de que

Foto: Ana Boyer, la más Preysler de las hijas de Isabel
Ana Boyer, la más Preysler de las hijas de Isabel

La relación de Ana Boyer con el joven dentista José Manuel Losada, con el que se ha dejado ver en sitios recónditos a pesar de que él niegue a Vanitatis la relación, y el rumor de otra con el modelo Iván Sánchez han puesto en el punto de mira a la hija pequeña de Miguel Boyer e Isabel Preysler. Los desmentidos de ambas relaciones solo han tenido un efecto más o menos directo: el que una joven que hasta hace poco era una completa desconocida, tenga una identidad clara para los medios, que aparezca como imagen de numerosas firmas y que muchos la consideren ya la heredera más o menos ‘oficial’ del estilo y las ‘formas’ de su madre.

Y no es que el rostro de Ana Boyer no haya sido suficientemente visto en las revistas desde que era una niña. Las exclusivas de su madre, Isabel Preysler, le dieron visibilidad y le hicieron saber desde que era bien pequeña lo que es estar en el punto de mira. “Es muy estirada. En la universidad muchos tenían esa imagen de ella”, asegura a Vanitatis una de las muchas compañeras, que prefiere no ser identificada, de la Universidad Pontificia de Comillas, en la que la joven se graduó el pasado mes de mayo de la titulación de Derecho.

Fue todo un escándalo para muchos de esos compañeros de la hija de Boyer, que se graduaban el mismo día que ella, que tanto Isabel Preysler como Tamara Falcó, madre y hermana de la flamante graduada, tuviesen asientos en primera fila. Un lugar perfecto para contemplar la entrega de diplomas que daba a Ana Boyer el título de abogada. Al parecer, para obtener esa posición estratégica en la sala, muchos de los padres y hermanos de los graduados tienen que levantarse muy temprano. Todo lo contrario que Preysler y su hija, que llegaron con poco tiempo de antelación y sin embargo, estuvieron cómodamente sentadas en los primeros asientos. “Aquí todos somos iguales” dijeron indignados algunos padres, que vieron como la familia de Boyer obtenía ese privilegio porque sí.

Años antes de esa polémica graduación, el nacimiento de aquella niña fue todo un acontecimiento. No era para menos, ya que en 1989 tanto Isabel Preysler como Miguel Boyer se encontraban en el momento de su máxima popularidad. “La niña es demasiado pequeña para que empiece a acostumbrarse tan pronto a las cámaras”, dijo Miguel Boyer aquel mes de abril de 1989 en el que acompañó a su esposa Isabel y a su recién nacida a la salida de la clínica Ruber de Madrid. Pretendía frenar a los medios gráficos que trataban hacer fotos a la niña a la desesperada. Frente a cierta incomodidad con los medios por parte del que entonces era presidente de Cartera Central, Preysler se encontraba mucho más en su salsa: “Ana es un nombre que siempre le ha gustado a Miguel”, explicó mientras mantenía a su hija recién nacida en brazos.

La pequeña iba vestida con un faldón y un gorrito y estaba completamente dormida, ajena a la expectación que levantaba. Desde el principio de su vida, y al estar Chábeli, Julio José y Enrique en el extranjero, fueron ella y su hermana Tamara las que más llamaron la atención de los medios de comunicación españoles. Sin embargo, poco o nada se sabía de las hijas pequeñas de Preysler por más que ella vendiese exclusivas. Las niñas parecían un objeto decorativo más en el universo Preysler.

De la discreción a la 'visibilidad Preysler'

“Mis tres niñas se llevan toda mi ropa; apenas puedo reciclar”, aseguraba la reina del papel couché cuando le preguntaban por ellas, en unas declaraciones que, como venía siendo habitual, no traspasaban las fronteras de la simpatía y de lo políticamente correcto. El tiempo hizo protagonista a la verborrea de Tamara, presente en muchos programas de televisión por sus meteduras de pata o su acento, y poco se supo de Ana.

Pese al oscurantismo, ya se la tildaba de estudiosa y de perfecto calco de su madre. Fue por entonces cuando se inició su romance con Diego Osorio. Se les vio juntos por primera vez en el palco del Master de Tenis de 2007. Osorio, hijo de Miguel Osorio y Díez de Rivera, marqués de los Balbases, es uno de los jóvenes aristócratas con más fuste de nuestro país. Un perfecto desconocido hasta que se inició su relación con Boyer, y todo un gentleman que también fue novio de Eugenia Silva y apareció en Vanitiy Fair como el yerno que toda suegra quisiera.

La imagen de Ana empezaba a hacerse notar, como una chica estudiosa que ‘pasaba’ de los ‘photocalls’. Dedicada ya por entero a su carrera de Derecho, Ana obtuvo una beca Erasmus en Columbia, Estados Unidos. Muchos dijeron entonces que fue esa beca y la distancia que supuso lo que la acabó separando de Osorio después de tres años de relación.

La compañera de promoción de Ana la conocíó por aquel entonces. Y, si a muchos de la facultad de Comillas les parecía estirada, ella también tenían clara su educación. “Se la veía distante pero también hay que decir que siempre era muy educada y siempre sabía estar en su sitio, o al menos eso es lo que parecía”, asegura.

Desde su ruptura con Osorio, la joven ha pasado de ser una sombra a una sombra de su madre. Los que acudieron a la fiesta de la embajada francesa celebrada este mes vieron como Preysler no dudaba un segundo a la hora de aleccionar a su hija y de mostrarle cómo debía comportarse. Así es como se ha convertido en imagen de numerosas firmas y ha podido dar una exclusiva por sí misma en ‘¡Hola¡’, sin la habitual compañía de su madre y de su hermana.

Para muchos, es un personaje del que se informa casi por obligación y que interesa poco. Para otros, un nuevo emblema del glamour del papel ‘couché’ en nuestro país. Pero en lo que todos coinciden es en señalar a Ana como la más Preysler de todas las hijas de la filipina más elegante de España.

La relación de Ana Boyer con el joven dentista José Manuel Losada, con el que se ha dejado ver en sitios recónditos a pesar de que él niegue a Vanitatis la relación, y el rumor de otra con el modelo Iván Sánchez han puesto en el punto de mira a la hija pequeña de Miguel Boyer e Isabel Preysler. Los desmentidos de ambas relaciones solo han tenido un efecto más o menos directo: el que una joven que hasta hace poco era una completa desconocida, tenga una identidad clara para los medios, que aparezca como imagen de numerosas firmas y que muchos la consideren ya la heredera más o menos ‘oficial’ del estilo y las ‘formas’ de su madre.

Isabel Preysler Miguel Boyer