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Ortega Cano, bronca en Navidad con los fotógrafos
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Ortega Cano, bronca en Navidad con los fotógrafos

Su deseo era pasar la noche en paz, armonía y rodeado de los suyos. Después de largos meses de disputas con su hijo José Fernando, del

Foto: Ortega Cano, bronca en Navidad con los fotógrafos
Ortega Cano, bronca en Navidad con los fotógrafos

Su deseo era pasar la noche en paz, armonía y rodeado de los suyos. Después de largos meses de disputas con su hijo José Fernando, del que ha  estado apartado mucho tiempo, José Ortega Cano cumplía su deseo de  reunir en la cena de Nochebuena, a su novia, Ana María Aldón, y a sus hijos en un conocido restaurante de Marbella. En esta ocasión, el torero rompió con la tradición de pasar la velada en su Finca la Yerbabuena y aceptó la invitación de su buen amigo Ramón Mesa, conocido hostelero de la zona.

Con lo que no contaba el maestro, es que lo que comenzó como una noche tranquila, en la que no faltaron los buenos manjares, las risas y en la que incluso bromeó con lidiar alguna de las cabezas de ganado expuestas en la planta baja del restaurante, terminaría como el rosario de la aurora. Hacia las tres de la madrugada Ortega y su novia salían del local y al ver a un fotógrafo, el pavo se les atragantó. La intención era conseguir la instantánea que mostraba por fin a una familia unida después de numerosos conflictos, en los que se ha hablado de agresiones y disputas constantes a cuenta de la herencia de Rocío Jurado. Pero no pudo ser.

La familia abandonaba el restaurante por separado. En cuanto Ana María, novia del torero y futura mama del bebé que la pareja espera para febrero, fue consciente de la presencia de un paparazzo, decidió dar media vuelta, separarse del grupo y ocultar su incipiente barriguita. Fue entonces cuando José Fernando decidió tomar las riendas de una situación que comenzaba a tornarse tensa y rogó de manera educada al reportero que no hiciese fotos. Según él hijo de Ortega Cano, no era un buen momento para su padre que se hiciesen fotografías.

Tal vez lo que trataba su vástago era proteger la imagen de José Ortega Cano que  en más de una ocasión ha protagonizado alguna escena subida de tono. Pero fue inevitable, el diestro perdió los nervios y lanzó improperios, insultos y montó el espectáculo en plena calle. El diestro no estaba dispuesto a que nadie enturbiase una noche que para él había sido muy especial, y prefirió mostrar su cara más amarga ante el desconcierto del profesional gráfico.

Hace pocos días, José Ortega Cano en conversación con Vanitatis comentaba: “A mi hijo hay que templarlo como a los toros en la plaza”, tal vez ahora sea José Fernando, después del incidente protagonizado la noche de Nochebuena, quien le haga la misma recomendación a su padre.

Su deseo era pasar la noche en paz, armonía y rodeado de los suyos. Después de largos meses de disputas con su hijo José Fernando, del que ha  estado apartado mucho tiempo, José Ortega Cano cumplía su deseo de  reunir en la cena de Nochebuena, a su novia, Ana María Aldón, y a sus hijos en un conocido restaurante de Marbella. En esta ocasión, el torero rompió con la tradición de pasar la velada en su Finca la Yerbabuena y aceptó la invitación de su buen amigo Ramón Mesa, conocido hostelero de la zona.

José Ortega Cano