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La 'gran boda rusa' de Carmen Posadas
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La 'gran boda rusa' de Carmen Posadas

La escritora uruguaya Carmen Posadas regresa a la novela histórica con su último libro El testigo invisible (Planeta), una obra en la que ofrece una perspectiva de

Foto: La 'gran boda rusa' de Carmen Posadas
La 'gran boda rusa' de Carmen Posadas

La escritora uruguaya Carmen Posadas regresa a la novela histórica con su último libro El testigo invisible (Planeta), una obra en la que ofrece una perspectiva de la Revolución rusa desde los ojos de un niño, deshollinador de palacio. Su predilección por Rusia se debe a una cuestión de deformación personal. Su padre, de profesión diplomático, trabajó en el país más extenso del mundo como embajador de Uruguay. “Era curioso observar cómo era la sociedad que quedó después de la revolución. Allí viví como en una película de espías. La casa en la que residíamos estaba llena de micrófonos por todos lados. A veces, éstos se invertían y les oíamos a ellos. Y golpeábamos la pared para decirles que se callaran. A las cuatro de la mañana, podía comenzar a sonar perfectamente la ópera de Aída”. Y así tirando de recuerdos imborrables, sensaciones fuertemente arraigadas y con el reto por delante de contar la parte más humana y menos mitificada de los Romanov, Carmen llegó a su nueva obra. Vanitatis ha hablado con la literata en su casa de Madrid.

La escritora uruguaya Carmen Posadas regresa a la novela histórica con su último libro El testigo invisible (Planeta), una obra en la que ofrece una perspectiva de la Revolución rusa desde los ojos de un niño, deshollinador de palacio. Su predilección por Rusia se debe a una cuestión de deformación personal. Su padre, de profesión diplomático, trabajó en el país más extenso del mundo como embajador de Uruguay. “Era curioso observar cómo era la sociedad que quedó después de la revolución. Allí viví como en una película de espías. La casa en la que residíamos estaba llena de micrófonos por todos lados. A veces, éstos se invertían y les oíamos a ellos. Y golpeábamos la pared para decirles que se callaran. A las cuatro de la mañana, podía comenzar a sonar perfectamente la ópera de Aída”. Y así tirando de recuerdos imborrables, sensaciones fuertemente arraigadas y con el reto por delante de contar la parte más humana y menos mitificada de los Romanov, Carmen llegó a su nueva obra. Vanitatis ha hablado con la literata en su casa de Madrid.