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'La cloaca dorada' de Urdangarin: el duque se convierte en obra de arte
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'La cloaca dorada' de Urdangarin: el duque se convierte en obra de arte

Hace unos meses, el ‘caso Nóos’, en el que uno de los principales imputados es Iñaki Urdangarin, sorprendía dando el salto a los escenarios con la

Foto: 'La cloaca dorada' de Urdangarin: el duque se convierte en obra de arte
'La cloaca dorada' de Urdangarin: el duque se convierte en obra de arte

Hace unos meses, el ‘caso Nóos’, en el que uno de los principales imputados es Iñaki Urdangarin, sorprendía dando el salto a los escenarios con la obra teatral El duque y el Rey, una adaptación del dramaturgo Jesús Javier Lázaro. Ahora, el duque de Palma vuelve a convertirse en muso de un artista. En esta ocasión, en manos de Jaime Roig de Diego, un mallorquín que, hastiado por todo lo que ha acontecido últimamente en la isla que le vio nacer, ha decidido plasmar su peculiar interpretación de la batalla judicial del yerno de Su Majestad, como si del juicio final de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina se tratase, en ‘La cloaca dorada’, su creación más controvertida.

Vanitatis ha tenido la oportunidad de hablar con el autor para conocer los aspectos ocultos de esta obra, de lo que todo el mundo (en Mallorca o fuera de ella) habla. La estrella del cuadro es Urdangarin. El marido de la infanta Cristina está cerca de caer en las fauces de un feroz tiburón blanco, que también tendría su paralelismo en la realidad. “No puedo desvelar quién es en realidad el escualo. Pero invito a los espectadores, a que se acerquen, cojan la lupa y descubran quién es en realidad”, afirma Roig, que se define a sí mismo como “pintor de crónica social”.

En dicho cuadro, flanqueando la figura de Urdangarin también aparecen representados dos de los hombres que le acompañan en el banquillo de los acusados: su exsocio Diego Torres (derecha) y Carlos García Revenga (izquierda), tesorero de Nóos, además de secretario personal de las infantas Cristina y Elena. Estos dos personajes secundarios – al menos en el lienzo, ya que son vitales en la trama judicial del caso Nóos- son, según Roig, los ‘Ignudis’, figuras masculinas clásicas de la pintura del Renacimiento. Éstos se encuentran entronados en unos lujosos retretes dorados. El papel metafórico de esta estratégica posición es evidente para Roig de Diego: “Echar mierda. Y luego tirar de la cadena, que es lo higiénico”.

El marco en el que se encuadran los tres hombres, que han puesto en jaque a la mismísima Casa del Rey con sus presuntas actividades delictivas, también tiene su propia intrahistoria. “Se trata de una estación abandonada del metro de Nueva York. Unas antiguas vías de tránsito reconvertidas en ríos de deposiciones para representar el ambiente de lujo por el que se movía esta gente, pero que ahora está lleno de podredumbre”, manifiesta Roig, que es uno de los pocos representantes del arte pop en España.“Es una pena, porque es evidente que Iñaki no necesitaba esto. No necesitaba robar a estos límites tan indignos”, añade Roig.

El artista poseía una galería de arte en la misma Rambla de los Duques de Palma de Mallorca, que recientemente ha recuperado su denominación original, ‘La Rambla’, tras el mal uso que Urdangarin ha dado a su título en la correspondencia mantenida con Revenga donde firmaba como el “duque em…Palma…do”. “Me sentía orgulloso de firmar en los mails con su nombre y con todo lo ocurrido se suma una serie de impactos emocionales que me han hecho pintar sobre todo esto. Yo no pinto desde Burgos, vivo aquí y lo vivo muy intensamente. La obra está pintada desde el dolor y la acritud, pero no he querido insultarle colocándole de esta forma. Hubiese preferido reírme de Paris Hilton. Para nosotros no es agradable”, confiesa Roig que ha pintado a otros personajes famosos como Elsa Pataky, Jorge Lorenzo, Rafa Nadal, Fidel Castro o Pedro Almodóvar en su conocida serie ‘Celebrities’.

Esta peculiar representación responde al cometido intrínseco que el propio Roig otorga a los artistas del siglo XXI en su labor: “Los pintores ya no tenemos que ser cortesanos, sino realizar una función de crítica social. Nuestro papel tiene que ser de agitación o, por lo menos, de crítica”. Y así lo hace. Pero no sólo a través del lienzo, sino también como escritor. Jaime Roig de Diego acaba de sacar al mercado hace apenas unos meses un libro, In-pertinente, que está preparando su segunda edición tras agotarse la primera tirada. Se trata de una recopilación de los artículos que publica semanalmente en la revista digital Inmediatika, donde analiza algunos puntos clave de la crónica actual, sin olvidarse de Iñaki Urdangarin y la Familia Real.

 

Hace unos meses, el ‘caso Nóos’, en el que uno de los principales imputados es Iñaki Urdangarin, sorprendía dando el salto a los escenarios con la obra teatral El duque y el Rey, una adaptación del dramaturgo Jesús Javier Lázaro. Ahora, el duque de Palma vuelve a convertirse en muso de un artista. En esta ocasión, en manos de Jaime Roig de Diego, un mallorquín que, hastiado por todo lo que ha acontecido últimamente en la isla que le vio nacer, ha decidido plasmar su peculiar interpretación de la batalla judicial del yerno de Su Majestad, como si del juicio final de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina se tratase, en ‘La cloaca dorada’, su creación más controvertida.

Iñaki Urdangarin