La duquesa y su nuera escenifican su reconciliación en el Ampurdán

La enemistad manifiesta de la duquesa de Alba con su nuera Inka Martí ya se ha diluido, como así lo han confirmado las protagonistas. Fue la propia Cayetana la que abrió la caja de los truenos denominando a la mujer de su hijo Jacobo como "mala y envidiosa", porque según ella había malmetido en el tema de la herencia.

Ahora es Inka la que ha querido dar por zanjado el asunto. Rompiendo con las reglas que mantenía hasta ahora, pues nunca ha hecho declaraciones de ningún tipo ni para confirmar ni para negar historias de desencuentros, la nuera ha declarado que "todo está solucionado después de un tiempo complicado". Todo vuelve a ser como antes y la duquesa y su marido visitarán a los Siruela en su casa del Ampurdán en breve, como ha confirmado a Vanitatis la propia Inka. "Quedó con Jacobo antes de viajar a Tailandia, que vendrán en abril o en mayo a vernos tal como hacía todos los años", afirma. 

Y aunque hace unos días, en la presentación de la nueva colección de Tous, Eugenia explicaba que había mediado entre su madre y su hermano, el verdadero artífice de esta reconciliación fue Alfonso Díez, que siempre ha mostrado cariño y amabilidad a los que en su día lo trataron como un advenedizo.

"Precisamente ha sido el propio Alfonso, al que conocimos en la boda de Jacobo hijo, el que ha sabido poner paz y deshacer los malentendidos", asegura Inka, que siente verdadero afecto por el padrastro de su marido.

La pasión de Cayetana

En el palacio de Dueñas de Sevilla todo son preparativos para la Semana Santa. Mientras, la duquesa continúa con su vida social. El otro día arropó a sus amigos, los diseñadores Victorio & Lucchino, que presentaron en hotel Alfonso XIII de Sevilla el diseño que han creado para Gecko Vodka Caramelo. A sus 86 años, Cayetana no se pierde ni una.