Carmen Lomana: “Hoy en día hasta a un perro le dicen que tiene glamour”

A mediados de abril, Mario Vaquerizo y Boris Izaguirre tienen una cita importante con una amiga: Carmen Lomana. Ellos serán los maestros de ceremonias de la presentación del segundo libro de la conocida ‘fashionista’, uno de los personajes más llamativos de la España más pop. El glamour inteligente se lanza con el mismo título que el conocido blog de Lomana: “No pretendo ser un Premio Nobel con este libro, sino responder a muchas de las preguntas que me realizan mis seguidores y la gente que me hace llegar sus dudas sobre el glamour día tras día”, asevera Lomana a Vanitatis.

Y algunas de esas dudas son de lo más razonables. Por ejemplo, ¿dónde sentar el día de una boda a los padres de la novia si están separados? El glamour inteligente tiene la respuesta: “Es un libo de consulta, de referencia porque está escrito a base de pequeñas pildoritas. Además, hemos tratado de que sea asequible porque tengo muchos seguidores jóvenes y quería que ellos lo pudiesen tener”.

Lomana habla, por tanto, de muchas situaciones que tienen que ver con esa palabra del título de su libro; una palabra que ella cree que se ha ido devaluando con el tiempo: “Hoy en día hasta a un perro le dicen que tiene glamour, pero el glamour no puede ser una patochada”. Además, Carmen diferencia de lo que es innato y lo que pertenece a un conjunto de cosas, como el glamour: “La elegancia sí que es innata; el glamour sin embargo no. Es más bien algo intangible y desde luego no es una casualidad. Una persona puede tener ‘glamour’ por su forma de moverse, por su cadencia y por un entorno en el que se den ciertas cosas. Por ejemplo, nadie puede puede ser glamouroso con una voz discordante o rodeado de suciedad”.

¿Y cómo definiría Carmen Lomana esa palabra indefinible?: “Es todo aquello que rodea una situación o una persona; un conjunto de cosas que resultan glamourosas”. Y como ejemplos de mujeres que tengan ese áurea especial, ese brillo imposible de fabricar, la ‘fashionista’ pone como ejemplo a las grandes estrellas del Hollywood de antaño. De Greta Garbo a Joan Crawford pasando por su favorita, aquella Bette Davis que pudo ver desde la primera fila del María Cristina en el Festival de San Sebastián de un lejano 1989: “Era mi ídolo. Había llevado cinco baúles de ropa pero se pasaba el día en la cama porque estaba muriéndose (la actriz falleció apenas una semana después de su homenaje en el certamen). Cuando la homenajearon y se abrieron las cortinas ella dijo: “Aquí está la loba” con aquel vestido que llevaba una especie de reflejos dorados. Me emocionó…eso es ‘glamour”

Muchas veces, el glamour surge del artificio puro y duro. Para ejemplo, otra diosa del viejo Hollywood, Marilyn Monroe. “Cuando la sacaron de aquella fábrica en la que trabajaba tras la Segunda Guerra Mundial no tenía ningún glamour. Lo adquirió a través del artificio de Hollywood pero también porque había una base ahí: algo sexy, una mirada y un entorno apropiado. Además es muy difícil tener glamour si no se tiene sex appeal”, asegura. ¿Pero qué hay de las Nicole Kidman o las Charlize Theron de hoy en día? Para Lomana, no es lo mismo: Entonces estaban creadas para ser sublimes, para hacer soñar. Ahora se ponen un traje prestado para una gala que no saben si les gusta o no y luego se lo quitan como a la Cenicienta. Al día siguiente las ves en el supermercado con un pantalón andrajoso”.

Ahora, muchos de los que quieran evocar ese glamour o tengan dudas acerca de cómo fomentarlo, tienen en El Glamour Inteligente un manual con un cebo 'lomanista': una portada diseñada a partir de una fotografía que le realizaron el verano pasado en un conocido hotel de Madrid. La reacción a este nuevo libro que viene a sumarse al de muchos otros personajes que se convierten en escritores ocasionales, a partir de este martes en las librerías españolas.