José Ortega Cano pasa la Semana Santa en el hospital junto a su hijo José María

No corren buenos tiempos para el matador José Ortega Cano. A la espera de la sentencia que decidirá sobre su futuro, derivada del proceso judicial abierto tras el accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra, el diestro ha pasado parte de la Semana Santa en el Hospital Nisa de Sevilla, donde su hijo pequeño, José María, ha estado ingresado aquejado de una infección.

El pasado lunes, el diestro y su pareja, Ana María Aldón, que se encontraba en Sanlúcar de Barrameda con el pequeño, se dirigían a la capital hispalense después de notar que su hijo no se encontraba bien. Una vez allí, los médicos decidieron ingresarle, suministrarle medicamentos y dejarle en observación un par de días.

Durante el tiempo que el niño ha estado ingresado, sus padres no se han separado de su lado. José abandonaba a principios de semana su retiro en la finca Yerbabuena y se instalaba en un hotel sevillano, desde el que salía cada mañana camino del hospital para estar con José María, hablar con los médicos y ver su evolución.

El niño, que nació el pasado 9 de febrero, ha sido la única alegría de Ortega Cano durante los últimos meses. Sin embargo, el torero no estaría disfrutando de su hijo todo el tiempo que desearía. Desde que Ana María dio a luz, la mayor parte del tiempo lo ha pasado en su tierra natal, mientras el diestro se alojaba en Yerbabuena. Según personas cercanas al círculo de la pareja, Ana María no estaría cómoda en una finca dedicada a la memoria de Rocío Jurado.

Al parecer, a la espera de lo que pueda suceder con el futuro del diestro, Ana María estaría siendo prudente, no querría encariñarse en exceso con la familia del torero y entre sus planes estaría volver a trabajar en la frutería, tal y como hacía antes de conocer a José y quedarse embarazada. Sin embargo, la salud de su hijo está por encima de todo y en esta ocasión la pareja ha estado más unida que nunca por el bien del pequeño.