La boda de Alma López, la diseñadora de los abanicos que entusiasman a la Reina

Dice el refrán que de una boda sale otra y eso es lo que le sucedió a la diseñadora de abanicos Alma López, famosa porque sus diseños han llegado a las manos de la Reina Sofía, y al abogado Pablo Vidal. Se conocieron en la fiesta nupcial de Alejandra Prat y Juan Manuel Alcaraz. Siete años después, este fin de semana hacían su entrada en la iglesia de San Jaime rodeados de amigos y familiares. Alma López es la dueña de ‘La Morenita’, una firma innovadora que entusiasma a nuestra monarca. Desde el día que la infanta Elena le regaló uno de los abanicos que diseña Alma,  doña Sofía se convirtió en su gran admiradora y compradora. Además, los suele regalar a sus amigos. Otra que también es fan de este complemento es Carlota Casiraghi, que se llevó uno cuando estuvo en España inaugurando en el museo Thyssen el Arte de Cartier

El resultado de los abanicos también se podría aplicar a su boda, que tuvo una puesta en escena de película. El lugar elegido para el convite fue "el jardín de las esencias", propiedad de Marieta Salas, ex mujer del príncipe Zourab Tchokotua, uno de los fijos de lo que se denominaba en Palma  "la corte de Marivent" compuesta por isleños y foráneos que presumían de ser íntimos del Rey. Unos los eran realmente y otros fingían serlo. La  finca, espectacular, hizo que la puesta en escena fuese aún más impresionante. Alma fue vestida por su gran amigo Alberto Tous, su madre por Juanjo Oliva y el novio con el sello de 'Scalpers', la firma del duque de Feria que ahora quiere introducir fuera de España.

En el recorrido hasta el lugar donde se celebraba el cóctel, hubo mimos, estatuas y velas que marcaban el camino hasta llegar al jardín de la casa. Allí se encontraban diversos puestos con quesos, jamón y especialidades griegas. A continuación, se sirvió la cena en largas mesas decoradas con hortensias blancas, pétalos y velas. El menú estaba constituído a base de gazpacho de cerezas con gamba roja de Soller y presa ibérica con verduras. De postre hubo hojaldre con crujiente de caramelo y sorbete de fresa y buffet de chocolates. El desayuno lo constituyeron unos clásicos donuts y el tradicional Colacao.

Uno de los detalles que tuvo Alma fue regalar a sus invitadas un ‘abanico joya’. Como explicaba la propia diseñadora, en el mundo de las joyas es muy difícil innovar. En realidad, la idea de convertir los abanicos en colgante fue casi por azar: “Siempre llevo un abanico en el bolso, y un día lo dejé sin darme cuenta sobre mi mesa de trabajo, junto a algunos de mis collares... En ese momento me di cuenta que era posible aunar esos dos conceptos y lo hice".

Su boda también innovó y entusiasmó a los invitados, entre los que se encontraban el empresario y director general de Tragaluz, Perico Cortés, el arquitecto Guillermo Reynes, el presidente del Club Náutico de Palma Borja de la Rosa, el diseñador Alberto Tous, Raúl Romero, Maria Fitz-James, el empresario Francisco Gordillo, Laura Pons, y Parsida Abaud.