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La caída del imperio de Rocío Jurado
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Tras su muerte su familia se ha desmembrado

La caída del imperio de Rocío Jurado

Tras la muerte de la chipionera su familia ha caído en desgracia. Las desavenencias por el reparto de la herencia no fueron más que el principio

Foto: La familia de Rocío Jurado en la comunión de Gloria Camila (I.C.)
La familia de Rocío Jurado en la comunión de Gloria Camila (I.C.)

Yerbabuena es una parte de mi vida emocional y profesional muy importante, porque aquí entrenaba y sigo toreando. Es el lugar donde he sido muy feliz con Rocío, donde han crecido mis hijos, donde los amaneceres y atardeceres desde la terraza de la casa son únicos y esa paz y tranquilidad que tengo aquí no le he encontrado en ninguna otra parte”. Son las palabras que pronunciaba Ortega Cano hace apenas unas semanas para desmentir que se deshiciera de la finca que compartió con Rocío Jurado.

Unas palabras que, como mucho de lo que rodeaba a la artista, con el tiempo se las ha llevado el viento. El torero pone así punto y a parte a una historia que se torna desafortunada desde que falta Rocío. El matador ha rehecho su vida y ha sido padre biológico por primera vez de un niño que ahora tiene cinco meses. La venta de Yerbabuena no es más que la punta del iceberg, la evidencia de que ya nada volverá a ser igual.

Con la muerte de la de Chipiona su familia quedó rota. Rota de dolor, pero rota también en mil pedazos. Los problemas comenzaron, como suele ser habitual, con el reparto de la herencia, que siete años después sigue trayendo de cabeza a los beneficiarios. Tan grande como generosa, Rocío repartió su patrimonio entre sus hijos, su marido y sus hermanos. Pero pese a que la folclórica se fue de este mundo pensando que lo tenía todo bien atado, las desavenencias entre sus familiares no tardaron en aparecer cuando llegó el momento del reparto.

Los Mohedano-Jurado tardaron años en ponerse de acuerdo porque la legítima no se cubría con la tasación de la casa de La Moraleja, que además, se devaluó al coincidir con la crisis inmobiliaria. En un principio se consideró que podría valer entre cuatro y cinco millones de euros, pero al finalnunca se supo cuánto se cobró en la venta. Siempre se pensó que Rociíto, nombrada heredera universal, fue la beneficiada en el reparto frente a sus hermanos, JoséFernando y Gloria Camila.

Los problemas de Amador

A esto hay que sumarle las deudas que Amador tiene contraídas con Hacienda y que estos días salían a la luz. Precisamente ahoracuando su separación de Rosa Benito es un hecho ydespués de que toda España viera sus escarceos con Raquel Moragues, quien no ha dudado en dar todo tipo de detalles en televisión para desgracia de Benito.

Cuando la cuñada de la más grande entró a participar en un reality -algo que probablemente no habría aprobado la chipionera-, su relación con Amador se puso en el punto de mira. Desde entonces, la sombra de la crisis ha planeado sobre el matrimonio hasta que a principios de este verano su relación se dinamitaba en pleno plató de televisión y ponían fin a 35 años de matrimonio.

Pero sus problemas sentimentales y con con el fisco no han sido los únicos que le estallaron a Amador. Fidel Albiac, pareja de su sobrina Rocíito, quiso disputarle su papel como representante de la artista algo que marcó un distanciamiento definitivo entre ambos y crearía una nueva grieta en la familia.

Para Rocío Carrasco, que tras la muerte de su madre decidió desaparecer por completo de la vida pública, la maldición que parece sobrevolar su familia le pasó inadvertida hasta el año pasado. Entonces, tras una fuerte discusión con su hija Rocío, fruto de su matrimonio con Antonio David Flores, la joven de 16 años, decidía marcharse de casa para irse a vivir con su padre, lo que conllevaría una demanda del exguardia civil para obtener en exclusiva la custodia de su hija mayor.

La mala fortuna alcanzó incluso a su sobrina Chayo, que ahora sigue sus pasos como artista representada por su padre. En 2011, la hija de Rosa Benito daba luz a Antonio, el niño que tuvo con Antonio Tejado, al parecer lo único que a día de hoy une a la expareja. Su ruptura sentimental fue comentada por todos los platós de televisión,con rumores de malos tratos e infidelidades incluidos.

Las desgracias de Ortega Cano.

Pero sin lugar a dudas el más tocado (y hundido) por la mala suerte que pareció haber dejado Rocío Jurado tras su fallecimiento, fue su marido, José Ortega Cano. Desde que el matador perdiese a su mujer ha experimentado una caída en picado de la que aún hoy no ha logrado salir.

Al poco de perder a su mujer, el diestro tendría que hacer frente también a la muerte de su madre. Tras estos dos episodios, el matador se sintió tan abatido que sólo encontró refugio en el alcohol porque, como él mismo reconocería, “se sentía muerto en vida”. Una vez aprendió a convivir con el dolor que le había dejado la pérdida de Rocío y doña Juana, empezaron los problemas con su familia (sus hermanos) y con su hijo, José Fernando, con el que ha tenido bastantes discusiones desde que el joven alcanzara la mayoría de edad y, por tanto, recibiese el dinero de la herencia que le correspondía.

El hijo díscolo de Ortega Cano, entre otras, se gastó 10.000 euros en un club de alterne, cuya factura tuvo que abonar su padre. Pero este no fue el único disgusto que diese al diestro,ya que poco despuésabandonó su residencia familiar en Yerbabuena para respaldar a su primo, hijo de Eugenio Ortega Cano, con el que el matador había tenido una fuerte discusión. Con la marcha del joven, el torero se sintió sólo y traicionado por su propio hijo.

El tiempo ha logrado destensar la relación entre padre e hijo, pero no por ello han acabado los problemas parael viudo de la más grande. El accidente que le costó la vida a Carlos Parra fue la gota que colmó un vaso lleno de desgracias. Acusado de homicidio imprudente, Ortega Cano ha sido condenado a dos años y medio de cárcel y al pago de casi 170.000 euros por conducción temeraria con resultado de muerte.

Lo que más hace mella ahora en el cuerpo del diestro no son las cornadas sufridas en la plaza, sino las que el tiempo le ha embestido desde que desapareciese Rocío Jurado.

Yerbabuena es una parte de mi vida emocional y profesional muy importante, porque aquí entrenaba y sigo toreando. Es el lugar donde he sido muy feliz con Rocío, donde han crecido mis hijos, donde los amaneceres y atardeceres desde la terraza de la casa son únicos y esa paz y tranquilidad que tengo aquí no le he encontrado en ninguna otra parte”. Son las palabras que pronunciaba Ortega Cano hace apenas unas semanas para desmentir que se deshiciera de la finca que compartió con Rocío Jurado.

Patrimonio Antonio David Flores
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