La prensa de EEUU critica las "excesivas y pijas" vacaciones de la familia Obama

Después de dos años sin apenas vacaciones, Barack Obama y su familia han elegido una exclusiva isla del Atlántico, Martha’s Vineyard, para disfrutar de unos días de descanso hasta el próximo 18 de agosto. De esta manera, la familia del Presidente de EEUU echa el cierre a la Casa Blanca rodeado de polémica, ya que la mansión -de auténtico lujo- en la que se aloja pertenece a David Schulte, que no sólo es un importante gestor financiero estadounidense, si no que, además, es uno de los donantes demócratas que más han participado en la campaña presidencial de Obama.

Una vez fuera del Air Force One, la familia Obama se trasladó a la residencia de David Schulte situada en Chilmark, en el estado de Massachusetts. Construida en 1961 ycompletamente reformada hace siete añospor el arquitectoRick Sundberg,esta residencia estávalorada en casi seis millones de euros.Según la página web del arquitecto encargado de su remodelación, Chilmark House está rodeada por más de 40.000 metros cuadrados de viñedos y tiene varios edificios conectados por porches, terrazas y patios, “ideal para que se mezcle la vida interior y exterior maximizando las espectaculares vistas al lago Chilmark”.

Esta isla es el lugar predilecto de Barack y Michelle Obama para pasar sus vacaciones. En 2009, 2010 y 2011 ha visitado esta isla, donde han tenido como vecinos a los actores Ted Danson y Michael J. Fox y siguiendo los pasos de otros presidentes como Kennedy o Bill Clinton. Durante estos años, el mandatario se ha alojado la granja Blue Heron, que ha sido vendida a comienzos de año, por lo que han tenido que cambiar de residencia.

Los mediosatacan

Los detractores de la política de Obama han puesto el grito en el cielo en los medios de comunicación más críticos con el presidente. Así, algunos de ellos le han reprochado el exceso de lujo de la mansión y el valor de ésta, considerando sus vacaciones no sólo de “pijas” sino de excesivas tanto por los días que se ha tomado de descanso como los gastos que éstos generan.

Esta última crítica parece no estar muy acorde con la realidad ya que, en sus años como presidente, Obama se habría cogido 87 días de vacaciones, una cifra muy alejada de los 399 de los que disfrutó su predecesor, George Bush, durante el mismo tiempo en el cargo.