Nueva guarida para los Aznar en Marbella: una villa con un muro 'antipaparazzi'

José María Aznar y Ana Botella veranearán en primera línea de playa a partir de este año. Desde hace unos días, los operarios están reformando el nuevo ‘palacete’ que el expresidente ha adquirido en la urbanización Guadalmina Baja de Marbella. Se trata de una espaciosa vivienda situada a escasos metros del mar. Según la referencia catastral del inmueble, documento al que ha tenido acceso Vanitatis, la parcela consta de 2.141 metros cuadrados, de los que 448 responden a superficie construida. En concreto, la vivienda ocupa 365 metros cuadrados, las zonas deportivas 60 y el porche los 23 restantes.

La casa se edificó en 1994, según consta también en el catastro, y fue adquirida a finales del pasado año por el matrimonio Aznar, pero la remodelación del inmueble no se ha puesto en marcha hasta hace apenas unos días. En estos momentos los operarios se afanan por colocar todo el sistema eléctrico. Según ha podido confirmar este portal de fuentes de su entorno, los Aznar quieren que todo esté listo para la Semana Santa, época en la que siempre pasan unos días en la Costa del Sol.

Atrás han quedado los veranos de un recién estrenado presidente del Gobierno, cuando arrendaba apartamentos en el municipio castellonense de Oropesa del Mar, o cuando su amigo José Soriano, el entonces presidente de Porcelanosa, le cedía su villa en aquellos lares. Ahora el clan Aznar ya tiene su propia mansión.

Marbella para el retiro dorado

José María Aznar lleva años codeándose con la jet marbellí. Eligió como reducto desde un comienzo la urbanización Guadalmina, toda una reliquia de la familia Goizueta, que sigue siendo uno de los escasos exponentes de la dorada Marbella, prácticamente ya extinguida. Primero se compró allí un ático dúplex de 265 metros cuadrados, con dos plazas de garaje y un trastero. Pero pronto se trasladaría al hoyo18 del campo de golf que tiene el complejo, adquiriendo el que era su primer chalet, donde nada más llegar colocó la bandera nacional en el porche.

Pero la familia quería algo más sofisticado. Aunque contentos con la zona, fundamentalmente reclamaban algo más íntimo y definitivo para su retiro. Y de ahí que el pasado verano, tras ver varios inmuebles de la zona, se decantataran al final por esta villa de una sola planta sobre una parcela de más de 2.000 metros, que alberga también una piscina. La vivienda está hecha al estilo de las construcciones de los noventa: salón con chimenea mural, cuatro dormitorios -el principal, con baño y vestidor-, un despacho, un porche y un dormitorio de servicio al que se accede desde la cocina. La villa tiene un valor catastral, según los informes, de 848.915 euros. Precio bastante inferior al que ha pagado la familia Aznar, que podría rondar los 2 millones de euros.

Una villa muy estropeada

Se da el caso que la familia Aznar, antes de adquirir en octubre la villa, se replanteó esta compra, entre otras consideraciones, por el abandono en que estaba la parcela y el alto coste que tiene su actual remodelación. Pero al final, dada la escasa oferta de la zona y la fuerte puja del mercado ruso por conseguir chalets en primera línea de playa, se decantaron por el inmueble. Los operarios tienen lleno de cables el recinto y hay una vigilancia estrecha para que nadie se acerque: ni curiosos, ni periodistas. El seto original que bordeaba la villa ya ha sido sustituido por un muro de 2,30 metros de altura que garantiza una privacidad absoluta. Lo primero que pidió el presidente fue este cercado. Y lo segundo, unas elegantes casetas en el jardín para sus perros.