Terele Pávez: Goya a una vida con altibajos

Este domingo, la emoción se hizo palpable cuando el nombre de Terele Pávez se pronunció en el Hotel Auditorium de Madrid, donde tenía lugar la gala de los Premios Goya 2014. Tras cinco nominaciones, la veterana actriz se alzó finalmente con la ansiada estatuilla a mejor intérprete de reparto por la película Las brujas de Zugarramurdi, dirigida por su amigo Álex de La Iglesia. De hecho, el director vasco la ha ayudado a ser nomanada en otras dos ocasiones y a la tercera por fin ha habido ‘suerte’. Le faltaron las palabras, pero sus lágrimas hablaron por ella. El público, compañeros de profesión, hicieron lo propio y aplaudieron la decisión de la Academiaal ver finalmente recompensada una vida dedicada a la interpretación, que no siempre ha sido fácil.

Unas imágenes publicadas por el programa de Telecinco, Está pasando, mostraron el peor lado de Terele Pávez el pasado mes de abril de 2008. Se afirmaba que vivía en la indigencia al no encontrar trabajo y tras el duro varapalo emocional sufrido al perder a su hermana, Emma Penella. Entre cartones en una céntrica plaza de Madrid, “vestida con ropa sucia y con la mirada perdida” y con la única compañía de un hombre sin hogar. Estas duras imágenes se reprodujeron rápidamente, informándose de las desafortunadas circunstancias que habrían empujado a la actriz a pasar la noche a las puertas de una sucursal bancaria.

La respuesta no se hizo esperar: “Mi madre no es indigente”, aseguró su hijo Carolo visiblemente molesto por las informaciones que habían copado numerosos titulares con gran relevancia mediática. También su sobrina, Emma Piedra, salió en su defensa, sin entrar en confirmaciones o desmentidos al respecto, asegurando que “las imágenes no me importan, lo que verdaderamente me preocupa es cómo se pueda encontrar ella anímicamente”.

Días más tarde, fue la propia actriz quien tomó la palabra. Lo hizo a través de una rueda de prensa, dada la magnitud de la situación: “No soy indigente. El día que se tomaron las imágenes me quedé dormida mientras hablaba con un amigo que vive en la calle”, afirmó tajantemente. Además, también quiso defenderse de los comentarios surgidos a raíz de esta información que señalaban a un problema de alcoholismo la actriz: “Tampoco tengo problemas con el alcohol. O bebo o no bebo”, dando así por zanjado las especulaciones. No dudó en hacer gala de su característico sentido del humor a la hora de subrayar que ella no había caído en la mendicidad: “La noche anterior no había dormida nada y me quedé dormida mientras hablaba con Manolito. El que tiene que quejarse es él, porque me quedé dormida en su sitio”, afirmó entre risas despertando la complicidad de los allí congregados.

Una vida entregada a la interpretación

Hija del activista derechista durante la Segunda República Española, Ramón Ruiz Alonso, y perteneciente a una larga saga de artistas, Teresa Marta Ruiz Penella, que hizo suyo el segundo apellido de su abuela materna, tiene una amplia trayectoria en el cine, el teatro y la televisión. Los triunfos venían sucedidos de periodos de ausencia frente al público. Lo que hacía su regreso más esperado aún. Sus personajes siempre han dejado huella, como así ocurrió con su interpretación en La Celestina a las órdenes de Gerardo Vera en 1996, considerado la mejor de la historia y que le hizo ganadora de un Premio de la Unión de Actores y el Sant Jordi de Cine, además de ser candidata a los Fotogramas de Plata. Su palmarés es amplio, pero el Goya se le resistía. Hasta ahora.