Un reloj de portada para Blanca Cuesta

El miércoles 12 de febrero toda España desayunaba con las nuevas ediciones de las revistas del corazón. En la portada de Love, una ‘photoshopeada’ Blanca Cuesta se sincera hablando de su maravillosa relación con Borja Thyssen, su familia y su nueva faceta como pintora. Pero no son las declaraciones de Blanca lo que llama la atención de algunos lectores asiduos a la publicación, sino esa extraña postura en la que posa la nuera de la baronesa Thyssen en la foto exterior.

La clave de esta posición tan estratégica en la que Blanca coloca su brazo hace pensar que su intención no era otra que la de mostrar el llamativo reloj de gran cilindrada que luce en su muñeca izquierda. Se trata un Rolex Daytona en su versión de caja de acero con la esfera negra, un reloj que no está al alcance de muchos bolsillos. Su precio en tiendas, sólo se venden en exclusivas joyerías, asciende a los 9.000 euros.

Lo que todavía se desconoce es si esta escorzada postura responde a una maniobra publicitaria o si simplemente existe un interés de Blanca por lucir su cara joya a nivel nacional. Esta última opción podría ser la buena, puesto que en fotografías recientes se le aprecia el mismo reloj, aunque eso no significa que no pueda existir un interés comercial. Por una u otra razón, el caso es que este bonito reloj ha acabado presidiendo la portada y fotos interiores de una revista con miles de lectores.

El reencuentro con Tita

Una vez finalizada la entrevista de Blanca en la revista Love, gran parte de España seguía por el periplo rosa de los miércoles y se asombraba al comprobar que era la mismísima baronesa Thyssen la que posaba en la revista ¡Hola! sobre el titular: "Tita y Borja, las fotografías del reencuentro más esperado”.

El pasado jueves 6 de febrero, madre e hijo se reencontraban por casualidad en una céntrica calle de Madrid. Casualidad también fue que un fotógrafo estuviera en ese preciso lugar y momento para inmortalizar tan inesperado reencuentro. Llevaban sin verse desde octubre de 2012, cuando labaronesa acudió a la clínica Ruber de Madridpara felicitar a Borja por el nacimiento de Enzo, el menor de sus tres hijos.En aquella ocasión Carmen Cervera sí habló con su hijo, pero no pudo conocer a su nieto, de quien año y medio después sólo sabe por lo que se publica en las revistas. “Me sentí muy feliz de poder abrazar a mi hijo. Le dije que para mí lo más importante en la vida era él y que me gustaría rehacer la relación familiar”, recordaba Tita en unas declaraciones para ¡Hola!.