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Sandra Ibarra: “Con lo que me ha costado cumplir 40, no me quito ni cinco minutos"
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la modelo estrena nueva década

Sandra Ibarra: “Con lo que me ha costado cumplir 40, no me quito ni cinco minutos"

“Nunca pensé que llegaría a los 40”, asegura Sandra Ibarra a Vanitatis. Este mes de abril ha llegado a esa cifra vital y lo ha celebrado con una gran fiesta

“Nunca pensé que llegaría a los 40”, asegura Sandra Ibarra a Vanitatis. Sin embargo, este mes de abril llega a esa cifra vital y esta semana lo ha celebrado por todo lo alto a través de una fiesta y con un nuevo fin solidario. Con veinte años sufrió leucemia y, tras superarla, esta volvió a los veintisiete. Hoy, la exmodelo, presidenta de su propia fundación, es una persona libre, segura de sí misma y “muy feliz”. “Estoy en un momento de mi vida muy bonito haciendo las cosas que quiero hacer, porque nunca había podido hacerlas. Siempre dependía de mi salud y no podía tomar decisiones. Nunca he tenido la sensación de decidir y ahora llevo bastante tiempo haciéndolo”.

La arruga, si es que la tiene, es bella para Ibarra, que este verano pasará parte de sus vacaciones, como manda la tradición, en la tierra de su pareja, ese Asturias que adoran tanto ella como Juan Ramón Lucas. “No me veo mayor, sino estupenda. Todas las mujeres de 50 me dicen que esta es una década muy buena. Además, eso de quitarse años y esconderse me parece raro. Con el trabajo que me ha costado cumplir los 40, no me quito ni cinco minutos. Aquí, cada arruga y cada año cuesta. Es superbonito poder sumar años y compartirlo con los tuyos. Digo que tengo 40 años a los cuatro vientos. Es una evolución natural a la que todos queremos llegar”.

Ibarra sigue creyendo que la solidaridad es una de las misiones más importantes de su paso por esta vida y, justamente por eso, no entiende polémicas como la que rodea al programa Entre todos, eternamente cuestionado por lo que muchos definen como una explotación de la miseria. “No entiendo la polémica con ese programa. Ayudar es ayudar. Es verdad que hay una exposición pública pero si no la hubiese, al final no se podría ayudar. Exposición pública en sentido negativo son otras cosas que salen en otras cadenas que son más vergonzantes, o intentar llevar a una televisión a la madre de un asesino y pagarle. A mí eso me da más vergüenza que estar ayudando a una persona y cambiarle la vida porque lo necesita”.

Sandra Ibarra retratada por Enrique Villarino Un nuevo proyecto de moda solidaria

La mejor prueba de que Ibarra se empeña en ayudar a los demás desde que vivió la leucemia con 20 y 27 años es que ahora, cumplida una nueva década, lanza junto a su hermana la firma de moda Kiss & Fly Solidary para que el 20 por ciento de cada producto que vendan vaya destinado a su fundación. “Lo que hacemos es que, de forma vitalicia, todos los productos se destinan a dar continuidad a los proyectos de la Fundación. En la Fundación tenemos 29 casos de investigación y 12 programas abiertos. Dependemos mucho del micromecenazgo de las empresas y lo que queríamos es autofinanciarnos”. El proyecto, una realidad a corto plazo, forma parte de su forma de ver la vida, de algo que la enfermedad le enseñó: no proponerse objetivos de largo alcance, sino más pequeños, más inmediatos. “A mí, la gente que en septiembre de un año ya saben lo que van a hacer en agosto del siguiente me parece espectacular. Yo no sé ni dónde me voy a ir de vacaciones en Semana Santa. No suelo hacer planes tan a largo plazo. Siempre he sido así, pero es cierto que la enfermedad ha potenciado que viva cada día, que mantenga un ‘Carpe Diem’. Siempre proyecto un futuro inmediato”.

Otra cosa que no cambia pese a su nueva década es su modo de hacerle ver a los políticos que se necesita un Plan Nacional del Cáncer. “Yo represento a muchos ciudadanos y a muchos pacientes. Y cuando hablo no habla Sandra Ibarra, sino la dirigente de una entidad en nombre de muchos pacientes con muchas carencias. Hemos perdido a nuestros hijos y a nuestros hermanos y no deberíamos perder también a nuestros investigadores, que harían que todo se diagnostique precozmente. La fuga de cerebros hace mucho daño”.

Y aunque a veces se pregunta por qué ella “sí” y, por ejemplo “Concha García Campoy no”, en referencia a su supervivencia ante la enfermedad que le ha cambiado la forma de ver las cosas, siempre tiene claro que si su sufrimiento “sirve para que otros puedan estar mejor, pues encantada de hablar de ello”. Una forma de proceder que le ha ganado el aprecio de los suyos y de los propios periodistas: “La prensa me trata bien porque soy yo, nunca escondo nada, os lo cuento todo, y sigo siendo igual que cuando llegué a Madrid”. Tras más de dos décadas en Madrid, la joven modelo que estuvo más cerca que nunca de las garras de la muerte es una mujer que se acerca a la madurez consciente de que la vida siempre debe servir para algo.

“Nunca pensé que llegaría a los 40”, asegura Sandra Ibarra a Vanitatis. Sin embargo, este mes de abril llega a esa cifra vital y esta semana lo ha celebrado por todo lo alto a través de una fiesta y con un nuevo fin solidario. Con veinte años sufrió leucemia y, tras superarla, esta volvió a los veintisiete. Hoy, la exmodelo, presidenta de su propia fundación, es una persona libre, segura de sí misma y “muy feliz”. “Estoy en un momento de mi vida muy bonito haciendo las cosas que quiero hacer, porque nunca había podido hacerlas. Siempre dependía de mi salud y no podía tomar decisiones. Nunca he tenido la sensación de decidir y ahora llevo bastante tiempo haciéndolo”.

Juan Ramón Lucas
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