Isabel Pantoja regresa a la Semana Santa junto a sus hijos tras años de ausencia

Sellada la paz entre Kiko Rivera, Chabelita y Alberto Isla el Domingo de Ramos cuando escenificaron en sus redes sociales lo bien avenidos que están, el clan Pantoja parece vivir un momento de aparente tranquilidad. Rodeada de sus hijos, este Jueves Santo Isabel Pantoja regresaba a la Semana Santa sevillana después de varios años de ausencia.

A pesar de que aún no hay testimonio gráfico, varias fuentes aseguran a Vanitatis que Isabel compartió espacio no sólo con sus hijos, sino también con su yerno, Alberto Isla, que se situó al otro lado del balcón. Fiel devoto, ha sido Kiko Rivera quien ha costeado esta Semana Santa los 4.000 euros que cuesta el alquiler del balcón, situado en la céntrica calle de La Campana y encima de un establecimiento de comida rápida. Este precio es inferior al de años anteriores ya que, en esta ocasión, el balcón no daba derecho a disfrutar de la casa ni organizar una pequeña comida o cena en el interior.

Durante el paso de las procesiones, tanto Kiko como su hermana, que dejó a su hijo Alberto al cuidado de Dulce, la niñera de la familia, se mostraron muy pendientes de su madre. El momento más emotivo de lamadrugátuvo lugar cuando elCristo de las Tres Caídaspasó por delante de su balcón. Ahí, los tresse fundieron, entre lágrimas, en besos y abrazosante la mirada de Alberto Isla. Junto a ellos también se encontraban Anabel Pantoja y Raquel Bollo, que disfrutó de la compañía de su hijo Manuel durante el paso del Cristo de los Gitanos, del que el joven es fiel por su padre Chiquetete.

La vinculación de Isabel Pantoja con este Cristo no es otra que Paquirri, que sentía una auténtica devoción por la Hermandad de Triana y, en especial, por el Cristo de las Tres Caídas, el mismo que el torero lucía colgado al cuello con un cordón de oro. Este fervor también ha ‘contagiado’ a sus hijos, en especial a Francisco Rivera, que desde hace años es un costalero más de la hermandad.

La última imagen de la tonadillera por las calles de la capital hispalense en estas fechas se remonta a 2010, una fecha complicada para Isabel ya que en octubre de ese año el juez le impuso una fianza de 3,68 millones de euros y, escoltada por la policía y con el vestido roto, tuvo que declarar ante el juez.