Es noticia
Menú
El verano en el que Ava Gardner vivió su ‘pasión española’ junto a Dominguín
  1. Noticias
se cumplen 60 años de su romance

El verano en el que Ava Gardner vivió su ‘pasión española’ junto a Dominguín

Aunque se conocieron en 1953, los dos vivieron los momentos más álgidos de su pasión en el verano de 1954, escandalizando a la España de aquel entonces

Foto: Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín (EFE/ Gtres)
Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín (EFE/ Gtres)

Roma, 1954. Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín se alojan en un hotel de la ciudad eterna. Ella quiere salir a vivir la noche romana pero él prefiere quedarse bajo el confort del hotel. Se inicia una fuerte discusión entre ambos que acaba con ella intentando escaparse por el balcón a altas horas de la madrugada. La mala suerte quiso que la actriz se quedaseenganchada y los bomberos tuvieran que acudir en su auxilio. Es una de las anécdotas más jugosas de un romance tan apasionado que se acabó consumiendo en sus propias llamas. Andrés Amorós, biógrafo de Dominguín, recuerda que parte del problema de la relación, que vivió su momento álgido en el verano de 1954, hace ahora 60 años“estribaba en el fuerte carácter de ambos. Luis Miguel era muy bueno como amigo, muy malo como enemigo y fatal como marido, porque no tenía ningún sentido de la fidelidad”.

Todo comenzó en 1953, cuando la estrella vino a España a recuperarse de un aborto. Ya se había sentido fascinada por el país cuando vino a rodar, tres años antes, Pandora y el holandés errante. Según cuenta Amorós, descubrió “un lugar que le encantaba porque encontró un ambiente de juerga y alegría”. Aunque no se sabe si se conocieron en la Feria de Sevilla, en el Museo Chicote de Madrid o en una fiesta de la capital, lo cierto es que la protagonista de Mogambo, amante de todo lo que sonase a tópico español, pronto acudió a Las Ventas a ver a su ídolo con traje de luces. Tanto Dominguín como ella estaban invitados a la inauguración del Castellana Hilton y no pasó mucho tiempo hasta que tuvieron un primer encuentro sexual. Las historias sobre lo que el torero dijo de la primera noche que pasó con la actriz van desde lo literario a lo dantesco. “¿A dónde vas?”, parece que dijo ella al verle salir de la cama al día siguiente. “A contarlo”, replicó él. La anécdota, mitad real, mitad fantasía, la matiza Amorós: “Hay personas que dicen que en realidad se le ocurrió a ella”.

Pese a que rodaba en Italia una nueva película, la secular La condesa descalza, Ava volvió a España en la Navidad del 53 y lo que tan sólo era un acercamiento se acabó convirtiendo en una incipiente relación. El binomio que formaron, apasionado como pocos, no se vio exento de problemas más allá de la fuerte personalidad de los dos. “Había un sinfín de tretas para que Sinatra no se enterase del romance, aunque la relación entre ambos ya estaba finiquitada”.

Sin embargo, si hubo una circunstancia que los acabó uniendo definitivamente fue la que tuvo lugar aquella mañana en la que Ava se levantó con un fuerte dolor: tenía piedras en el riñón. Dominguín no sólo la llevó al hospital sino que no se separó un solo momento de ella. “Luis Miguel podía parecer arrogante pero también era muy tierno”. Pese a que eran opuestos perfectamente complementados, siempre había ‘agentes externos’ que metían sus narices en la relación. “En una de las ocasiones en las que se pelearon, Howard Hughes, que siempre fue detrás de ella, llegó a decirle a Dominguín que se fuese a otra parte”.

Sin embargo, aquello estaba condenado. El principio del fin llegó cuando coincidieron en Nueva York y a él se le ocurrió pedirle matrimonio. “Ella se niega y ambos deciden dejarlo”. Por aquella época, y cansado de tanta discusión, a Luis Miguel Dominguín le apetecía regularizar su vida y tener hijos. “De hecho, poco tiempo después conoció a Lucía Bosé”. Si hubo algo que Ava Gardner nunca abandonó fue España, y eso permitió que ambos siguiesen siendo amigos y que mantuviesen el recuerdo de una relación que dio algo de color a la sociedad gris del franquismo. No era para menos: ambos eran guapos y la relación tenía mucho de literario: al fin y al cabo, no todos los días se conjugaba la pasión de un torero con el artificio de ‘pedigrí’ de una estrella de Hollywood. España fue el refugio de la protagonista de La noche de la iguana, el lugar donde el ‘animal más bello del mundo’ pudo alejarse de las imposiciones de Hollywood y vivir su particular capea con la única persona que la igualaba en eso de beberse la vida: un torero español.

Roma, 1954. Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín se alojan en un hotel de la ciudad eterna. Ella quiere salir a vivir la noche romana pero él prefiere quedarse bajo el confort del hotel. Se inicia una fuerte discusión entre ambos que acaba con ella intentando escaparse por el balcón a altas horas de la madrugada. La mala suerte quiso que la actriz se quedaseenganchada y los bomberos tuvieran que acudir en su auxilio. Es una de las anécdotas más jugosas de un romance tan apasionado que se acabó consumiendo en sus propias llamas. Andrés Amorós, biógrafo de Dominguín, recuerda que parte del problema de la relación, que vivió su momento álgido en el verano de 1954, hace ahora 60 años“estribaba en el fuerte carácter de ambos. Luis Miguel era muy bueno como amigo, muy malo como enemigo y fatal como marido, porque no tenía ningún sentido de la fidelidad”.

Las Ventas Hollywood
El redactor recomienda