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La viuda de Cereceda se pone guapa en un lujoso spa médico de Altea
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450 EUROS LA NOCHE, MÁS TRATAMIENTOS

La viuda de Cereceda se pone guapa en un lujoso spa médico de Altea

Silvia Gómez-Cuétara pasó unos días en la clínica Sha Wellness Chic de la que también son clientas fijas la jequesa de Qatar o Naomi Campbell

Silvia Gómez-Cuétara, la viuda del empresario Luis García Cereceda, no es una mujer que se mueva por los circuitos de moda. Es raro verla en temporada alta en Marbella y si lo hace es para estar con sus hijos, que sí veranean en la Costa del Sol. Suele frecuentar Sotogrande, el reducto gaditano de los muy ricos y de los que quieren aparentar, aunque tampoco se hace muy visible. A lo más que llega es a dejarse ver en alguna cena solidaria, siempre y cuando el fin lo justifique. Es discreta hasta tal punto en su vida personal que incluso cuando su novio, Juan Antonio Pérez Simón, socio del multimillonario Slim, presentó en junio en el Thyssen su colección Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección Pérez-Simón, prefirió no estar presente, cediendo todo el protagonismo a su pareja y a la exmujer de éste.

Como tampoco es absorbente y entiende cuál es su papel, prefirió quitarse del panorama público, aunque en este caso el evento fuera cultural. La bella viuda utilizó esos días para ponerse a punto en la clínica Sha Wellness Chic en Altea, de la que también son clientas fijas Sheikha Mozah bint Nasser Al-Missned, más conocida como la jequesa de Catar, o Naomi Campbell. Durante el tiempo que Pérez Simón se dedicaba a sus business, ella se sometió a las directrices de este centro de salud y bienestar donde la dieta macrobiótica forma parte del menú diario, tal y como ha podido confirmar Vanitatis.

Considerado como uno de los mejores lugares de estas características que hay en Europa, los clientes que se instalan allí saben que durante el tiempo que permanecen hay que seguir las directrices que marcan los especialistas: no se fuma, no hay alimentos con grasas, no se puede hablar por el móvil en las zonas comunes… Salud en todas sus vertientes.

Silvia Gómez-Cuétara se alojó en una de las 93 suites que hay en Sha a razón de 450 euros la noche, tratamientos aparte. Nada más llegar, tuvo su cita con uno de los doctores que, como al resto de clientes, le marcó la hoja de ruta saludable. Varios menús a elegir, tisanas y tés que se deben beber a las horas que marca el horario… En el caso de Gómez Cuétara, esta cura de salud tiene que ver con limpiezas estacionales y antiaging y no con dietas de adelgazamiento, porque no lo necesita.

Los horarios también son estrictos y pasadas las once de la noche la mayoría de los habitantes del centro están en sus habitaciones. Silvia no era la excepción y, como el resto de los clientes, también paseaba por las instalaciones del Sha en albornoz blanco. Gimnasia, yoga al aire libre, recorrido por el spa y baños en las piscinas formaban parte del entretenimiento de la viuda de Cereceda, que ha vuelto a ser feliz con Pérez Simón, un hombre hecho a sí mismo, que vive habitualmente entre México y Estados Unidos.

Un millonario para Silvia

El magnate posee una de las mejores colecciones pictóricas privadas del mundo, valorada en 700 millones de euros.Tenía cinco años cuando partió de Asturias a América y se mueve en avión privado, que también le sirve para recoger a sus amistades de medio mundo y trasladarles a su paraíso particular de Niembro. Este verano su casa asturiana será de nuevo el centro de operaciones de la pareja y desde donde realizarán excursiones por la zona, que es lo que realmente le gusta al millonario y patrón de los premios Príncipe de Asturias.

Silvia, por su parte, se alejó de las peleas fraticidas de Susana y Yolanda, las hijas de su exmarido, que en cambio sí se unieron y utilizaron los medios legales necesarios para echar a Silvia de la mansión de La Finca. La casa familiar en la que Cereceda vivió hasta su muerte. Hoy la viuda vuelve a tener casa en la citada urbanización, pero esta vez gracias a su nueva pareja, que adquirió dos viviendas allí recientemente, tal y como conto en primicia Vanitatis.

Silvia Gómez-Cuétara, la viuda del empresario Luis García Cereceda, no es una mujer que se mueva por los circuitos de moda. Es raro verla en temporada alta en Marbella y si lo hace es para estar con sus hijos, que sí veranean en la Costa del Sol. Suele frecuentar Sotogrande, el reducto gaditano de los muy ricos y de los que quieren aparentar, aunque tampoco se hace muy visible. A lo más que llega es a dejarse ver en alguna cena solidaria, siempre y cuando el fin lo justifique. Es discreta hasta tal punto en su vida personal que incluso cuando su novio, Juan Antonio Pérez Simón, socio del multimillonario Slim, presentó en junio en el Thyssen su colección Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección Pérez-Simón, prefirió no estar presente, cediendo todo el protagonismo a su pareja y a la exmujer de éste.

Francisco Rivera Carlos Herrera Sevilla
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