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Las cenas alternativas y críticas a la recepción de los Reyes en Palma
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OTRAS TRES CENAS ESTABAN PROGRAMADAS EN PALMA

Las cenas alternativas y críticas a la recepción de los Reyes en Palma

Mientras los Reyes y Doña Sofía recibían en el palacio de La Almudaina a sus más de 200 invitados, otros anfitriones lo hacían en otros lugares de la isla

Foto: Doña Sofía saludando a Cristina Macaya (Gtres)
Doña Sofía saludando a Cristina Macaya (Gtres)

Mientras Felipe VI, la Reina Letizia y Doña Sofía recibían en el palacio de La Almudaina a sus más de 200 invitados, otros anfitriones hacían lo propio en otros lugares de la isla. Una cita era en el hotel Valparaiso, con Diandra Douglas como personaje estelar, y otra en la casa familiar de los Sentmenat convocada por María, nieta de los condes de Ribes. La recepción real se convirtió en el centro de las conversaciones de la mayoría de los asistentes de estos encuentros veraniegos. Unos a favor de la nueva era implantada por Felipe VI y su mujer y otros en contra porque no estaban muy de acuerdo en cómo se había organizado la velada institucional. Lo comparaban con la premura que hubo en la abdicación de don Juan Carlos, con muchos flecos sin cerrar.

Son muchos los invitados a ambos encuentros que dejaron de acudir por estar también en la convocatoria de La Almudaina. Ambas fiestas hubieran modificado la fecha de haberlo sabido con antelación. Algo similar hizo la organización de la tradicional cena de armadores en el club náutico en la que la presencia real siempre había sido un clásico. En este caso se retrasó una hora y media para que algunos invitados pudieran acudir previamente al besamanos real. Pero resultó mucho menos vistosa que en años anteriores.

Una de las características de la velada siempre había sido el blanco en la vestimenta de los asistentes. Y esta vez hubo cambios, las damas que hicieron doblete iban de ese color, mientras los hombres lo hacían de oscuro por el protocolo exigido en la cita oficial. Una costumbre más que desaparecía por los cambios de aires en Marivent.

Comentarios para todos los gustos

Los privilegiados que habían acudido contaban y no paraban. Decían que el Rey estuvo pendiente de todo, que la Reina Sofía, una vez que terminaron los saludos, se marchó al palacio con su hija Elena y los nietos Victoria y Froilán, que a la Reina Letizia se la veía relajada como nunca y acompañada en todos momentos de tres personas desconocidas que no eran escoltas y sí amigos, que pobrecilla la infanta Elena que estando en Palma no formó parte de la velada... Comentarios para todos los gustos.

Y sucedió algo parecido en la cena de los Sentmenat, donde la informadora fue Cristina Macaya (el poder social en la isla), ex mujer de Placido Arango, gran amigo de Don Juan Carlos, y que estuvo en La Almudaina como acompañante y no como titular. En este caso se trataba de una fiesta privada con mezcla de gente joven, como Laura Ponte, Miguel Palacio y Fiona Ferrer, y de apellidos de toda la vida de Palma, como el de Marta Gaya, que sigue formando parte del círculo de amigos de verdad del Rey saliente. La decoradora no estaba invitada a la recepción real, como tampoco los miembros más visibles de la familia March o Fierro. Ni siquiera Marita March, que tiene una presencia y peso importante en los ambientes culturales a través de la fundación que lleva su apellido.

Durante la convocatoria de los Sentmenat, hubo quien hizo hincapié en quién y con qué base se había realizado el listado del encuentro de los Reyes y la sociedad civil. Otros, en cambio, no le daban mayor importancia, mientras degustaban el bufet “hecho en casa” a base de ensaladilla rusa, gazpacho, huevos rellenos, salmón marinado y postres. Nada excepcional, salvo las vistas de la bahía de Palma, que es uno de los privilegios de esta finca familiar puesta a la venta por 12 millones de euros. La fiesta se alargó hasta la madrugada, mientras que la de La Almudaina tuvo un recorrido mucho más corto.

Mientras Felipe VI, la Reina Letizia y Doña Sofía recibían en el palacio de La Almudaina a sus más de 200 invitados, otros anfitriones hacían lo propio en otros lugares de la isla. Una cita era en el hotel Valparaiso, con Diandra Douglas como personaje estelar, y otra en la casa familiar de los Sentmenat convocada por María, nieta de los condes de Ribes. La recepción real se convirtió en el centro de las conversaciones de la mayoría de los asistentes de estos encuentros veraniegos. Unos a favor de la nueva era implantada por Felipe VI y su mujer y otros en contra porque no estaban muy de acuerdo en cómo se había organizado la velada institucional. Lo comparaban con la premura que hubo en la abdicación de don Juan Carlos, con muchos flecos sin cerrar.

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