Bordiú y Luis Miguel cenaron juntos la noche antes de anunciar su ruptura

La ruptura de Carmen Martínez Bordiú y Luis Miguel Rodríguez, dueños de Desguaces La Torre, ha sido parecida a la de Eva Sannum y el entonces Príncipe de Asturias. Nunca hubo reconocimientos de ambas relaciones, pero sí en cambio notificación de ruptura. En el caso de Carmen, a golpe de exclusiva. Lo extraño es que la noche antes de llegar a los quioscos la entrevista argumentando los motivos, ambos estén cenando juntos, como si no pasara nada. De la cita hay prueba gráfica y es de suponer que pronto veremos esas imágenes.

Tal vez la cita fuese para evitar sorpresas. Luis Miguel sabía que Carmen había concedido la entrevista, pero no conocía con detalle lo que había contado y si hablaba de él. De hecho, según ha podido confirmar Vanitatis, el dueño de Desguaces La Torre está bastante molesto por dicha entrevista. No sólo porque hable de él, sino también por los motivos del por qué de la ruptura.

Como sucede cuandolas historias se exponen en almoneda, las versiones suelen diferir cuando las narran unos y otros. Mientras que la protagonista asegura que los celos no haninfluido, el círculo más próximo del empresario asegura a Vanitatis que esa circunstancia ha sido fundamental tanto en la evolución de la relación como en la conclusión definitiva. Cuentan que el control de Carmen sobre Luis Miguel era absoluto y de cómo éste debía informar de sus movimientos, incluso laborales, cuando salía de Torrejón de la Calzada (Madrid), donde se ubica el recinto de chatarra y desguace.

Amistades del rey del desguace cuentan a este medio que en una ocasión “Luismi” había quedado con su abogada y dosconocidas en un restaurante sin habérselo comunicado previamente a Carmen, que ese día almorzaba con una amiga y un vidente en un local de la calle Velázquez, y que cuando se enteró quiso presentarse en el establecimiento para pedir explicaciones. Luis Miguel, que no es hombre de broncas, prefirió marcharse antes de que pudiera llegar ella y montar un lío, como ya sucedió en la fiesta de homenaje de Teresa Bueyes.

El empresario,casado con María Asunción Fernández desde hace más tres décadas, que codirige el negocio, nunca se planteó el divorcio. Una de las razones era que a Carmen le daba igual, pero la fundamental es que están casados en régimen de bienes gananciales, lo que hacía muy complicado dividir la empresa en el caso de ruptura matrimonial.

"A Luismi al principio le hacían gracia estas salidas de pata de banco, perocon el tiempo le agobiaron mucho. Decía que sisu mujer le había dado toda la libertad del mundo,el marcaje de La Bordi (así la llama) le complicaba la vida", cuentan desde el entorno del empresario. Aseguran que Luis Miguel, que siempre ha sido discreto con su vida, no le ha gustado nada la manera que ha tenido Carmende hacer pública la noticia. "Luismi es un hombre muy discreto, que ha llevado tanto sus temas laborales como personales en la intimidad. De todas formas se encuentra bien. Era una ruptura anunciada. Al menos para nosotros, los que le conocemos bien".

Cuentan que el rey del desguace no tiene intención de dar explicaciones. Durante el tiempo que duró la relación se mantuvo en un segundo plano. Incluso cuando alguien del entorno de Carmen avisaba a la prensa procuraba pasar desapercibido.Sucedió en Navidades, cuando varios miembros de la saga Franco Martínez Bordiú se reunían en una de las muchas celebraciones que siempre pagaba Rodríguez. La duquesa de Franco salió del local y explicó la generosidad del amigo íntimo de su hija: "Hemos comido angulas y estaban muy ricas".

La generosidad de Rodríguez es proverbial. "Le gusta que sus invitados estén a gusto y monta fiestasmuy divertidas en su finca de Parla con flamenco y djs. Y ahí han ido desde Isabel Presyler a misses, actrices, empresariosimportantes... Y el que no estaba invitado hacía todo lo posible por que le convocaran", cuentan.

En el caso de Carmen, la tuvo en palmitas desde que comenzó la relación. Alquiló por más de 6.000 euros mensuales el piso de 600 metros cuadrados de la calle Velázquez que compartían y en el que Carmen puede seguir viviendoporque el empresario pagó por adelantado. No obstante, la asistenta, la cocinera y el chófer/hombre de los recados de los que disponía ya no los seguirá pagando. También intervino en la decoración. "Parte de los muebles eran de Carmen, pero otros lo compraron en Becara y fue Luismi quien pagó", aseguran a Vanitatis.

Quizá el problema de la pareja es que mientras Carmen quiso cambiarle, a Luis Miguel le daban igual los amigos famosos de su pareja. Dice que no hay vuelta atrás, pero el próximo sábado volverán a verse en plaza de toros de La Malagueta.