Gunilla von Bismarck vende su ‘casoplón’ en la Costa del Sol

Después de cinco décadas viviendo en la Costa del Sol y de varios cambios de domicilio, Gunilla von Bismarck ha puesto a la venta su impresionante casa de la localidad de Istán, a unos 10 kilómetros de Marbella. Se trata del lugar donde ha pasado los últimos diez años de su vida con su exmarido Luis Ortiz, del que se separó oficialmente hace cerca de 25. La residencia que ahora quiere poner a la venta por un millón de euros negociable consta de varias edificaciones. Una central donde hace vida el exmatrimonio y varias casitas ubicadas en el jardín donde se instala el único hijo de la pareja, Francisco, con su familia, o también los amigos internacionales, como hizo este verano el novio de Carmen Lomana, Edmond Fokker.

‘Sagitario’, que así se llama el refugio de Gunilla, un nombre que coincide con su signo zodiacal, ha sido testigo de reuniones de primerísimo nivel repletas de invitados excepcionales. Los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, pasaron un fin de semana en la casa de Istán. Y no era la primera vez: el monarca sueco fue compañero de estudios de Gunilla y su amistad ha perdurado en el tiempo.

Las razones de la venta del ‘casoplón’ no tienen que ver con problemas económicos de Gunilla, que heredó un importantísimo legado de su madre, sino con razones estrictamente personales. La casa es demasiado grande, se encuentra lejos del centro de Marbella y el hijo Francisco vive cómodamente en Estados Unidos con su familia y, por lo tanto, sus viajes a España son mucho menos habituales que cuando estaba soltero. La idea de la expareja, que convive con más felicidad que muchos matrimonios, sería vender ‘Sagitario’ y adquirir una villa más pequeña en Marbella. Aunque la condesa alemana pasa muchas temporadas fuera de España, Marbella es su cuartel general. Y en el caso de Luis Ortiz, alejarle de su paraíso sería impensable.

Gunilla fue durante muchos años la marca de la Costa del Sol en el extranjero. Sigue sin hacerle falta apellido, porque su nombre ya es en sí un genérico. Tanto es así que hubo una época en Marbella que se utilizaba el ‘verbo’ gunillear para definir el comportamiento de todas aquellas personas (famosas o no) que, como ella, parecían tener el don de la ubicuidad. Hubo un tiempo en que la bisnieta del Canciller de Hierro, Otto von Bismarck, tenía esa cualidad. No había festejo, reunión social o cualquier actividad lúdica que se organizara en Marbella donde no se contara con ella. Gunilla era a la Costa del Sol lo que Iker Casillas a la Selección española. Ahora venderá ‘Sagitario’, pero seguirá gunilleando.