La duquesa de Alba ya tiene ascensor en su palacio de Dueñas

La falta de movilidad de la duquesa de Alba le lleva complicando su existencia desde hace tiempo. Sin embargo, este año será diferente. De hecho, doña Cayetana ya tiene organizado su operativo de vida para este otoño. Tuvo que dejar de realizar esos viajes posverano que tanto le gustaban. A pesar de su empeño por volar a destinos internacionales, tanto su marido como sus hijos y entorno más cercano le volvieron a aconsejar que no era lo más oportuno. Con la ironía que siempre la ha caracterizado, más o menos vino a decirles que siempre era mejor morirse disfrutando de la vida que encerrada en casa, haciendo suya la frase de “si se acaba el mundo que me pille bailando”. Al no poder moverse, su estado de ánimo decayó y dejó de salir. Se quedaba en sus habitaciones del palacio de Dueñas y era ahí donde frecuentaban sus amistades. Pero no era lo mismo y los íntimos veían cómo Cayetana se iba consumiendo.

El problema fundamental era lo complejo que resultaba bajar y subir las escaleras, pues ella tiene su habitación en la planta superior. Su negativa a utilizar silla de ruedas complicaba su presencia en la planta baja, pues su frágil estado de salud dificultaba su acceso por las escalera, por lo que había que montar un complicado operativo para que ella diera un simple paseo por el jardín de Dueñas.

Fue por esto que planteó a sus hijos colocar un ascensor en el palacio sevillano. Inicialmente no hubo mucho consenso y el asunto se fue retrasando un mes, otro mes y otro… El presupuesto para instalar el ascensor que le permitiera moverse con mayor facilidad entre sus dependencias rondaría los 30.000 euros. No era una obra muy importante, sin embargo, facilitaría la vida de Cayetana, sobre todo, su estado emocional. A los 88 años cualquier disgusto cotidiano se magnifica y así lo comprendieron los hijos, que finalmente dieron su aprobación.

Pues por fin la jefa del clan ya tiene su ascensor y Cayetana ha vuelto a salir. Hace unas semanas fue a ver a su hijo Cayetano al Real Club Pineda de Sevilla, donde participaba en un concurso hípico. A principio de mes viajó a Madrid con su marido y el sábado volvió a Sevilla. Durante unos días compartió vida familiar con sus hijos. Los tres mayores (Carlos, Fernando y Cayetano) están instalados en el palacio. Mientras que Eugenia vive en un precioso piso que comparte con su hija Tana pegado a la casa de mamá. Quizá lo que sí echó de menos la duquesa fue la presencia de sus nietos Amina y Luis, que este curso estudian en Reino Unido. “Los niños son muy cariñosos. Sobre todo Luis, que siempre está pendiente de la abuela”, cuentan los amigos.