El novio de Igartiburu cambia Nueva York por Madrid durante una larga temporada

No sólo les sonríe el amor, también el éxito profesional. Mientras Anne Igartiburu continúa al frente del programa Corazón de Televisión Española, su pareja, Pablo Heras-Casado, ha sidogalardonado por partida doble.

Este lunes, el director de orquesta, de 37 años, fue elegido por la revista Ópera Actual como el intérprete joven español más prometedor en una gala celebrada en Barcelona y a la que también acudió Montserrat Caballé. El día anterior, Heras-Casado recogía en Múnich el ECHO-Kalssik, uno de los premios de música clásica más importantes del mundo.

Este buen momento profesional, al que hay que sumar su nominación a los Grammy Latino por un disco de Verdi grabado junto a Plácido Domingo, coincide con el inminente traslado de Pablo Heras-Casado a Madrid. Actualmente viveen Nueva York, donde está al frente de la Orquesta St Luke’s, Pablo se instalará en la capital el próximo mes de diciembre.

El motivo de esta decisión es su fichajepor el Teatro Real de Madridcomo principal director invitado durante los próximos cuatro años, en los que trabajará codo a codo con Ivon Bolton, director musical del teatro.Esto le permitiráestar cerca de Anne y sus dos hijas, Noa, de 14 años, y la pequeña vietnamita que adoptó el pasado año.

A poco más de mes y medio para la Navidad, Anne pasará estas fechas tan especiales con Pablo, ya que el granadino estará ya inmerso en su primer reto en el Real, El Público, obra de Federico García Lorca, y que se estrenará el 24 de febrero de 2015.

Una carrera exitosa

Granadino y sin haber llegado aún a los 40, Pablo Heras-Casado es considerado uno de los mejores directores de orquesta. De hecho, ha cogido la batuta en los mejores conjuntos del mundo como la Filarmónica de Berlín o la de Múnich.

Además, es una figura importante en algunos festivales, como el 66 Festival de Arte Lírico de Aux-en-Provence, al sur de Francia,, que se celebró a finales del pasado mes de junio. Por aquella fecha, la presentadora no dudó en coger un vuelo a Marsella junto a su hija mayor para ver cómo Pablo debutaba al frente de la Orquesta Barroca de Friburgo.