Una de cal y otra de arena para las Bosch

Aunque Lydia Bosch no copaba los titulares de la prensa rosa desde que se apaciguó su guerra con su exmarido, Alberto Martín, en los últimos días la actriz volvía a las primeras páginas del cuore por vender su casa de La Finca a Sara Carbonero e Iker Casillas. La vivienda en cuestión era la misma que tantos quebraderos de cabeza dio a la intérprete y a su expareja tras su divorcio y fue motivo de disputa entre ellos durante el largo periodo que duró su venta.

Unas disputas que se daban por concluidas la pasada semana cuando por fin se confirmaba que el futbolista y la periodista adquirían el inmueble por una cifra que podría rondar los dos millones de euros.

Para Bosch la transacción era sobre todo un alivio que, además, se sumaba a una gran noticia mucho más importante: su hija mayor, Andrea, fruto de su noviazgo con Micky Molina en los noventa, conseguía hacerse un hueco en el mundo de la interpretación gracias a un interesante papel ydespués de varios años luchando por convertirse en una reconocida actriz.

Andrea ya había estado incluso haciendo pruebas de vestuario, tal y como ella misma anunciaba en su perfil de Instagram con la ilusión de toda debutante. “Tic tac, tic tac… #algoseestacociendo #ganasmuchasganas #pruebadevestuario”, decía la joven mientras su madre respondía: “Huele tan bien!!!”

Aunque Andrea ya había hecho sus pinitos como actriz con la grabación de algunos cortometrajes en los que, casualmente, también ha participado su madre, protagonizar la nueva serie de Mediaset era su salto definitivo a la pequeña pantalla. El proyecto prometía, dado que se trataba de adaptar la trilogía literaria de Canciones para Paula y para ello contaban con el guionista Ramón Salazar, que ya ha hecho lo propio con Tres metros sobre el cielo yTengo ganas de ti, que conquistaron lataquilla.

Para lograr su sueño, Andrea Molina lleva años estudiando en la escuela de interpretación del famoso director de teatro Juan Carlos Corazza con el deseo de llegar a ser algún día como su madre. “Es mi referente”, ha dicho la joven en alguna ocasión sobre su progenitora, a la que está muy unida.

Entre tanto, mientras Andrea lucha por conseguir un sueño que no termina de cumplirse,Lydia continúa con el rodaje de la segunda temporada de la serie de Antena 3 Sin identidad, donde comparte protagonismo con Megan Montaner y Tito Valverde.

Su fichaje por esta ficción, que ya cosechó muy buenos resultados la temporada pasada, está siendo para Lydia una válvula de escape para recuperarse de la pérdida de su padre el pasado mes de octubre. A él estaba muy unida y su muerte supuso un duro golpe para toda la familia. También para Andrea que, de momento, deberá continuar luchando por hacerse un hueco en el mundo de la interpretación.