La (segunda) peor Navidad de Ortega Cano

Este martes, José Ortega Cano cumplía 61 años lejos de casa. En la prisión zaragozana de Zuera desde el pasado 23 de abril, el diestro sopló las velas por primera entre rejas y ansiando la libertad desde su celda.

Ortega Cano, que ha cumplido un cuarto de la condena de 2 años y mediopor el accidente de tráfico en el que falleció Carlos Parra el 28 de mayo de 2011, podría estar contando las horas para disfrutar de un permiso de seis días solicitado por su abogado y que, por el momento, no ha obtenido respuesta por parte de Instituciones Penitenciarias.

Delicado de salud, estos días no son fáciles para el torero. Además de cumplir años privado de libertad, estas son las primeras navidades que Ortega Cano vive lejos de sus allegados. El pasado año y por estas mismas fechas, el viudo de Rocío Jurado no pudo disfrutar de ellas como a él le hubiera gustado sabiendo de antemano que sería su última Navidad en familia.

En aquel momento, su hija Gloria Camila se convirtió en su principal apoyo, una realidad que se repite un año después. Este martes, un día antes de Nochebuena, el torero recibió la visita de sus tres hijos, Gloria Camila, José Fernando y José María y el de su pareja, Ana María Aldón. Este reencuentro fue especial para todos, sin embargo, lo fue algo más para José Fernando, que apenas pudo disfrutar de la compañía de su padre en libertad y que ahora está internado en un centro de desintoxicación después de abandonar el instituto Hipócrates dos semanas después de que José Ortega Cano le apoyara en la decisión y costeara el elevado precio de este centro.