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La hija de Isidoro Álvarez: "A mi madre le está costando mucho superar su muerte"
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SON LOS DUEÑOS DE EL CORTE INGLÉS

La hija de Isidoro Álvarez: "A mi madre le está costando mucho superar su muerte"

Han pasado cuatro meses desde que falleció el que fuera presidente de El Corte Inglés. Su esposa, María José Guil, aún mantiene ese luto afectivo de los primeros días

Foto: Marta Álvarez Guil, hija de Isidoro Álvarez, durante su funeral en Madrid (Fotografía: Enrique Villarino)
Marta Álvarez Guil, hija de Isidoro Álvarez, durante su funeral en Madrid (Fotografía: Enrique Villarino)

Han pasado cuatro meses desde que falleció Isidoro Álvarez (14 de septiembre de 2014), el que fuera presidente y dueño de El Corte Inglés. Su esposa, María José Guil, aún mantiene ese luto afectivo de los primeros días y no se ha repuesto de la pérdida. Fueron muchos años compartiendo todo: vida familiar, amigos y hasta los aspectos menos personales, como el laboral. Además, el empresario no era muy dado a la vida social más allá de las reuniones festivas relacionadas con celebraciones de su familia directa y amigos íntimos. “Era un hombre muy de estar con los suyos y por eso el vacío que ha dejado es muy grande. María José estaba pendiente de que todo funcionara en casa para que se sintiera tranquilo y a gusto. Formaban un buen equipo. Ahora ella está muy triste”, cuentan amistades de la viuda a Vanitatis.

Un extremo que confirma una de las dos hijas del matrimonio, Marta Álvarez Guil, que acudió junto a su marido, Juan Claudio Abelló Gamazo, a la inauguración, el pasado lunes, del espacio gourmet en El Corte Inglés de Serrano. Esta Navidad ha sido muy complicada, sobre todo para María José, para la que estas fechas tan familiares han resultado especialmente tristes tras el funeral. “A mi madre le está costando mucho superarlo. Ya le hemos dicho que tiene que hacer un esfuerzo y empezar a vivir su vida. Es difícil, pero para eso estamos todos nosotros. Nos da mucha pena verla llorar”, asegura Marta en declaraciones a este medio.

Como es natural, su madre tiene la sensibilidad a flor de piel y se emociona cada vez que coincide con personas que conocieron a su marido y le hablan de él, aunque ella no los hubiera tratado. “Se emociona mucho y llora. También me pasa a mí cuando me encuentro con alguien que me dice: ‘El Corte Inglés forma parte de mi infancia y de toda mi vida”. La viuda, María José, lo tiene más complicado, porque al fin y al cabo las hijas Marta y Cristina tienen junto a ellas a sus maridos e hijos, además de una vida laboral en la que ocupar esos tiempos en los que la soledad aprieta. Notan mucho su falta porque aunque no era su padre biológico, ya que ambas eran adoptadas, Isidoro Álvarez lo fue todo para ellas. Se ocupó de su formación, de que supieran idiomas y las mandó a estudiar al extranjero. Mucho antes de que entraran en la plantilla de El Corte Inglés, las chicas ya habían desarrollado su carrera profesional en otras empresas.

Empleadas de tienda

Marta, licenciada en derecho, trabajó en la prestigiosa casa de subastas Sotheby's antes de entrar en El Corte Inglés. Después recorrió varios departamentos para acabar en el área de compras de la sede de la calle Hermosilla de Madrid. Cristina, por su parte, ha trabajado varios años en la empresa de su marido, Iñaki Álvarez Valdés, dedicada al intercambio de estudiantes en el extranjero. Después entró en la firma familiar, también creciendo desde la base.

Las hermanas se incorporaron a El Corte Inglés hace unos diez años. Isidoro Álvarez prefería que se dedicaran a sus hijos hasta que estos fueran ya más mayores y acudieran al colegio. No ejercen de ‘hijas de’, porque tampoco lo habría admitido su padre. Viven la empresa como lo hacía Isidoro. “Para ellas no hay horarios e incluso resuelven temas que no les competen o hacen el trabajo de otros compañeros. Son dos personas muy queridas que mantienen un perfil absolutamente bajo", asegura gente que ha trabajado con ellas a Vanitatis.

Hoy las tres mujeres más importantes en la vida de Isidoro luchan por superar su pérdida, especialmente su esposa, a la que este trance le está costando mucho.

Han pasado cuatro meses desde que falleció Isidoro Álvarez (14 de septiembre de 2014), el que fuera presidente y dueño de El Corte Inglés. Su esposa, María José Guil, aún mantiene ese luto afectivo de los primeros días y no se ha repuesto de la pérdida. Fueron muchos años compartiendo todo: vida familiar, amigos y hasta los aspectos menos personales, como el laboral. Además, el empresario no era muy dado a la vida social más allá de las reuniones festivas relacionadas con celebraciones de su familia directa y amigos íntimos. “Era un hombre muy de estar con los suyos y por eso el vacío que ha dejado es muy grande. María José estaba pendiente de que todo funcionara en casa para que se sintiera tranquilo y a gusto. Formaban un buen equipo. Ahora ella está muy triste”, cuentan amistades de la viuda a Vanitatis.

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