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Los 50 años de Isabel Sartorius, la eterna primera novia de Felipe VI
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Los 50 años de Isabel Sartorius, la eterna primera novia de Felipe VI

Esta ‘coach’ emocional cumple esta semana 50 años siendo uno de los personajes más populares de la España de la crónica social, ex de Javier Soto y del actual monarca

El capó de un coche fue el lugar donde Isabel Sartorius, que esta semana cumple 50 años, se tuvo que esconder de los paparazzi para poder ver al príncipe Felipe. El hecho, ocurrido a principios de los 90, cuando era la novia del hoy Rey, es una de las rocambolescas anécdotas que cimentaron la fama que ha conseguido esta ‘coach’ emocional, uno de los personajes más populares de la España de la crónica social, ex de Javier Soto y alguien a quien su círculo más íntimo califica de “espontánea y alegre” pese a la imagen circunspecta que cultivó muchos años. “Cuando la conocí vi que era mucho más divertida de lo que había imaginado”, asegura Bárbara Pérez Medinabeitia, su cuñada y amiga.

En su favor hay que decir que la imagen pública de Isabel Sartorius, algo anquilosada por su famoso noviazgo con Felipe VI, ha reflotado en los últimos años con sus kilos de más y su nuevo trabajo de preparadora emocional. “Yo nunca he hecho nada de ‘coaching’ con ella pero supongo que lo hará muy bien, como todo lo que emprende, porque ha estudiado muchísimo sobre ello”, asegura Bárbara. Su nueva etapa laboral también llegó en un momento mucho más distendido con la prensa, a raíz de la publicación de un libro en 2012, Por ti lo haría mil veces, en el que hablaba de la adicción a las drogas de su madre, Isabel Zorraquín, y en el que también se mostraba menos cauta a la hora de comentar su famosa conexión con la Familia Real.

“Se portó muy bien conmigo y me dio serenidad en un momento en el que vivía mucho tormento”, dijo sobre el Felipe VI de hace dos décadas en una entrevista en la que hablaba sobre su libro. Las declaraciones las culminó aseverando que era “tan amiga de Felipe como de Letizia”. Sin embargo, el motivo fundamental de aquel volumen no era la real pareja sino desvelar a los lectores las partes más truculentas de la vida de su madre, adicta a la cocaína, y también de su padrastro, un “maltratador psicológico” según sus propias palabras. Entre página y página, madre y padrastro, también confesaba haber sido víctima de un síndrome de “codependencia” en su juventud.

Un camino complicado

Nacida en Madrid un 20 de enero de 1965, Isabel vio, siendo muy niña, cómo sus padres, Vicente Sartorius e Isabel Zorraquín, se separaban poco tiempo después de que ella naciese. Eso la llevó a ser una pequeña nómada, que vivió en Lima cuando su madre se casó con Manuel Ulloa, y más tarde en Washington debido a la licenciatura de Ciencias Políticas que llevó a cabo en Georgetown. Siendo muy joven comenzó a trabajar en Naciones Unidas hasta 1987. Ese fue el año en el que volvió a su ciudad natal para hacer un master de Relaciones Internacionales.

Fue por aquel entonces cuando pasó de ser una joven anónima a la comidilla de todo el país. Agosto de 1989 fue la fecha en la que se publicaron las primeras fotos de ella con Don Felipe a bordo de un yate. A partir de entonces llegaron las persecuciones, los análisis meticulosos en la prensa y las miradas de recelo de los monárquicos empedernidos. Según contaba Federico Jiménez Losantos en su programa, “fue la Reina Sofía la que se cargó la relación de ella con el Príncipe”.

Esa ruptura tuvo lugar, pese a que la relación fue retomada poco después de manera intermitente, en agosto del 91. La presión a la que estaba sometida Sartorius era tan grande que tuvo que irse a Londres una temporada para “respirar y liberarse un poco”, según cuenta una amiga suya que prefiere conservar el anonimato. Esta compañera añade que “fueron años en los que, a los problemas de su madre con las drogas, se unieron los de la constante persecución de la prensa. Eso la horrorizaba”, afirma.

Después de aquella huida imposible de la etiqueta de “novia de” llegaría su romance con Javier Soto, con el que tuvo a su hija Mencía en junio de 1997. Desarrolló entonces un gran amor por los niños, ya que estos años también ha sido la atenta madrina de su ahijada Bárbara, cuyo padrino, el decorador Luis García Fraile, asegura a este medio que Isabel es “muy divertida. Siempre que la vemos lo pasamos muy bien”.

Sin embargo, son los novios los que escasean en su vida. Segúnconfesaba ella misma a Vanitatis hace unos meses, su hija Mencía la anima a echarse algún novio en no pocas ocasiones. “Es que yo no tengo vida social. No me verá en muchas fiestas. Me gusta estar en casa, leer, ir al cine, estar con mis amigas. Le aseguro que mi día a día es muy aburrido, no tiene nada de excepcional”, se justificaba ella ante la ausencia de amor.

Pese a que su día a día pueda parecer aburrido, sus íntimos siguen empeñados en calificar de espontánea y divertida a una mujer a la que, probablemente, nunca dejaron ser algo más que la eterna primera novia de Felipe VI, un título al que parece estar encadenada hasta el fin de sus días.

El capó de un coche fue el lugar donde Isabel Sartorius, que esta semana cumple 50 años, se tuvo que esconder de los paparazzi para poder ver al príncipe Felipe. El hecho, ocurrido a principios de los 90, cuando era la novia del hoy Rey, es una de las rocambolescas anécdotas que cimentaron la fama que ha conseguido esta ‘coach’ emocional, uno de los personajes más populares de la España de la crónica social, ex de Javier Soto y alguien a quien su círculo más íntimo califica de “espontánea y alegre” pese a la imagen circunspecta que cultivó muchos años. “Cuando la conocí vi que era mucho más divertida de lo que había imaginado”, asegura Bárbara Pérez Medinabeitia, su cuñada y amiga.

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