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Borja Sémper, el poeta (vasco y 'hipster') del Partido Popular
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EN MARZO PUBLICA SU PRIMER POEMARIO

Borja Sémper, el poeta (vasco y 'hipster') del Partido Popular

El portavoz del PP en el Parlamento Vasco, político de derechas con gustos de izquierdas, acaba de firmar con una editorial independiente para que le publiquen un libro de poemas

Borja Sémper es ese irundarra, con aspecto de hipster de provincias, que acaba de entrar en el Federal Café de Madrid y el encargado del bar todavía se hace cruces de que ese tipo tan risueño y cercano pueda ser un político. “¡Y del PP!”, dice. Borja Sémper es un tipo que desde los19 años vivió con escolta amenazado por ETA. Es el actual portavoz del Partido Popular en el Parlamento Vasco y, desde 2009, presidente de esa formación en Guipúzcoa. Ese que le dice a Génova alguna cosa y que está convencido que en el País Vasco el discurso de su partido no puede ser el mismo que el de 1995.

Sémper tiene un niño de 8 años al que adora llevar al fútbol y a la playa de su San Sebastián natal. Que incluso monta en patinete y en monopatín con él. Es un tipo que va con música de los ochenta en un coche conducido por un par de amigos de siempre a dar charlas a la “chavalería” de media España. No le gusta que le encasillen. Le gustan las fotos en blanco y negro. Susan Sontag, Jane Birkin, Serge Gainsboug, Patti Smith… Mucho Mayo del 68. Sémper es un político de derechas con gustos de izquierdas. Esto huele a crisis de los cuarenta. Y se ríe. Y pide un café con leche. Quien queda delante es un tipo guapetón que aún no le ha sacado rédito a eso de aparecer en las listas de políticos sexis (“en el País Vasco estamos más ocupados de otras cosas. Perogracias por el piropo”), afable, casi naif, que escucha. Y que cuenta.

Borja Sémper se quita el abrigo. Deja la mochila. Acaba de llegar de firmar con la editorial Lapsus Calami su primer libro de poesía. “Me da una vergüenza terrible. Pero al final me he lanzado. Serán un poco más de 60 poemas y saldrá publicado en marzo”. Sorbo al café. “Es una editorial pequeñita con una gente majísima. Mandé el manuscrito a varias de este estilo y Lapsus Calami me encantó. Podría haberlo hecho en una editorial grande (Sémper publicó ya su primer libro de mano de Planeta: Sin Complejos, de Destino), pero he preferido un sello independiente. No es postureo”, aclara. Está convencido de que por escribir un poemario y ser del Partido Popular le van a “caer palos por todos los lados”. Antes de publicarlos hizo pequeño “testeo” en Instagram. “Ponía los poemas bajo el título de ‘ñoñerías y tonterías’ y veía si le gustaban a la gente. Luego los borraba. Fue una amiga editora la que mi animó a publicarlos”.

Se lanza a leer un poema a cámara, inédito, que busca en su smartphone. Y cuando vuelve pasa al diván de Proust y cuenta que el rasgo principal de su carácter es que no solo tiene uno. Que tanto a un hombre como a una mujer les pide honestidad, criterio y una buena dosis de libertad. Su principal defecto y virtud es no saber decir que ‘no’. Y este enamorado de la prosa de Murakami y Philip Roth y de la poesía de Gil de Biedma, Karmelo Iribarreno Luis Rosales se ha propuesto desde pequeño no juzgar a las personas y acostarse cada noche satisfecho. Sin más.

Mientras busca más poemas en su smartphone cuenta que no es de una generación de héroes ni de heroínas. Pero que se queda con Indiana Jones y Lara Croft. Que detesta solo a los intolerantes y a los sectarios, y que tiene una gran referencia política en su vida: Gregorio Ordóñez. Detesta, “como todo el mundo”, los totalitarismos: “De Hitler pasando por Franco a Stalin”. Admira al almirante vasco (“y español, por supuesto”) Blas de Lezo por su defensa de Cartagena de Indias contra los ingleses.

Y si se le pregunta si su poemario va dirigido a su gran amor, dice que el “amor de su vida es siempre el último”. Y dos cosas más. Su estado de espíritu: “Expectante”. Faltas que le inspiran la mayor indulgencia: “Suelo perdonar a la gente que se equivoca con miedo, soy muy respetuoso con el miedo de la gente”. Palabra de vasco.

Afuera hace frío. Monedero hace públicas sus cuentas. Pedro Sánchez destituye a Tomás Gómez, el líder del PSOE en Madrid. Rajoy pronostica que Pedro Sánchez no llegará a La Moncloa. La oposición critica a Cristóbal Montoro por, dicen, utilizar políticamente datos fiscales. La familia Prado, vinculada a la Corona, aparece en la Lista Falciani. Hay más parados, más pobres, menos gente con la calefacción encendida, a la que no llama ningún encuestador del CIS porque les han cortado la línea. Más déficit cero. Y todos seguimos con curiosidad pediátrica las gripes de una Susana Díaz embarazada. Sémper detalla los “indicios serios de manoseo” por parte del PSE y PNV en Kutxabank. Se acabó el político naif. Habla de Antonio Basagoiti, su exjefe que vive ahora en México, con cariño. Y es que afuera hace frío. Borja Sémper aún tiene un par de horas antes de coger el avión a San Sebastián y se va a dar un paseo por el barrio de Conde Duque. Dice que callejear por Madrid “le da subidón”.

Borja Sémper es ese irundarra, con aspecto de hipster de provincias, que acaba de entrar en el Federal Café de Madrid y el encargado del bar todavía se hace cruces de que ese tipo tan risueño y cercano pueda ser un político. “¡Y del PP!”, dice. Borja Sémper es un tipo que desde los19 años vivió con escolta amenazado por ETA. Es el actual portavoz del Partido Popular en el Parlamento Vasco y, desde 2009, presidente de esa formación en Guipúzcoa. Ese que le dice a Génova alguna cosa y que está convencido que en el País Vasco el discurso de su partido no puede ser el mismo que el de 1995.

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