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La cara de Aly Eckmann al oír el nombre de Álex González, el cuadro de la fiesta de Arco
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La cara de Aly Eckmann al oír el nombre de Álex González, el cuadro de la fiesta de Arco

Como los lienzos de bolsillo no son lo nuestro, aparecimos en la fiesta de Arco con una libretita y un bolígrafo dispuestos a conseguir obras de arte inéditas de los invitados. ¿Estaría el nuevo Velázquez?

Dicen que para crearlos genios necesitan antes encontrarse inmersos en un momento lúgubre de su existencia y haber sido abstraídos de la realidad de la mano de alguna sustancia psicotrópica (al menos así lo hacía El Bosco). Ayer se celebró la mítica fiesta de Arco, en la que los famosos encontraron en los botellines de Heineken, patrocinador del evento, la pócima idónea para crear arte. Muchos de ellos, antes de pasar por el photocall, daban un generoso trago al tercio de turno, una medida comprensible si tenemos en cuenta que Vanitatis les esperaba con una libreta dispuestos a hacerles plasmar su obra. Al fin y al cabo, nunca se sabe dónde estála siguiente gran promesa de Arco.

Natalia, cantante de OT, demostró que en su instituto no impartían historia del arte cuando le pedimos que dibujara una naturaleza muerta. El resultado, confíen en nosotros, no tiene precio. Aly Eckmann homenajeó sin pretenderlo a la obra El Grito, de Edward Munch, cuando le preguntamos por Álex González. La presentadora, por cierto, nos confesó que estaba harta de los tacones y que su amiga del alma seguía acicalándose en casa, por lo que suponemos que tuvo que hacer nuevos amiguitos en el evento. Si tenemos en cuenta que mientras comentaba la jugada se colocaba su palabra de honor subiéndose los pechos, suponemos que haría más amigos que con una caja de Donettes. Con MikiNadal, que tiene mucho arte, hablamos sobre el momentazo (ficticio) deSonia Monroyen los Oscar. El presentador aseguró que Monroe es un cuadro en sí misma. Nosotros no querríamos colgar semejante obra de la pared (ni del cuello, no piensen ustedes mal), aunque nos habría gustado hacerlo con las de David Meca, que nos dijo que este año se lanzaba a la pintura. Resultó ser broma, y nos dio mucha pena que un hombre capaz de tener una dentadura tan brillante no se atreviera con un arte igualmente deslumbrante.

Abandonamos la fiesta sin haber podido hablar con Javier Cámara ni Óscar Jaenada, que fueron muy dadaístas al rebelarse contra las convenciones vanitatianas. De acuerdo, simplemente queríamos introducir algún término artístico que velara el hecho de que pasaron de nosotros. Al fin y al cabo, el arte no siempre se valora en un primer vistazo.

Dicen que para crearlos genios necesitan antes encontrarse inmersos en un momento lúgubre de su existencia y haber sido abstraídos de la realidad de la mano de alguna sustancia psicotrópica (al menos así lo hacía El Bosco). Ayer se celebró la mítica fiesta de Arco, en la que los famosos encontraron en los botellines de Heineken, patrocinador del evento, la pócima idónea para crear arte. Muchos de ellos, antes de pasar por el photocall, daban un generoso trago al tercio de turno, una medida comprensible si tenemos en cuenta que Vanitatis les esperaba con una libreta dispuestos a hacerles plasmar su obra. Al fin y al cabo, nunca se sabe dónde estála siguiente gran promesa de Arco.

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