La herencia de Dalí, en juego: admitida a trámite una demanda de paternidad

Cuando Pilar Abel cuenta su historia, y conociendo su pasión por el tarot, sus autoatribuidas dotes de clarividencia y un discurso que mezcla recuerdos de infancia y anhelos de futuro, todo interlocutor razonable pone el relato en cuarentena. Pero el deber de un abogado es recopilar todos los datos posibles para armar una pretensión judicial consistente. Francesc Bueno lo ha logrado. El juzgado Nº 11 de primera instancia de Madrid acaba de admitir a trámite la demanda de filiación que avanzaba Vanitatis: Pilar dice ser hija de Salvador Dalí y la justicia será la encargada de determinarlo.

El juzgado madrileño (rige el domicilio de la parte demandada), cuya notificación se produjo este martes, da traslado a las partes demandadas para que presenten alegaciones: la Fundación Gala Dalí y los herederos de Salvador Dalí por lo que se refiere a la determinación de la filiación de Pilar y el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, como sujeto de la acción de responsabilidad civil. Las partes demandadas tienen un plazo de 20 días para presentar sus escritos.

La resolución atiende al artículo 767.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, entendiendo que la parte demandante ha aportado distintos principios de prueba, principalmente, un testimonio jurado ante notario, el relato de los test de paternidad que acudió a hacerse a casa del secretario y biógrafo del pintor en París, los emails intercambiados con él y diversas testificales. La historia de Pilar Abel fue recogida hace una semana por la versión internacional del rotativo más conocido (y prestigioso) del mundo, The New York Times.

Uno de los elementos de prueba sobre los que Pilar sedimenta todo su relato es el molde de una máscara mortuoria supuestamente realizada al pintor horas después de su muerte. El molde habría llegado a sus manos bajo secreto. Vanitatis ha contactado con el equipo médico que se ocupó del cadáver del genio de Cadaqués y niega el relato de Pilar. “Solo se hizo una prueba de escayola y sobre la frente. Sus característicos bigotes impedían ir más allá. Jamás se convirtió en molde, mucho menos en máscara. Si se hubiese hecho ese molde, que no se hizo, estaría en poder de uno de los forenses o de la Fundación Gala Dalí. Ycuando oigo el relato de que la idea era elaborar una máscara de oro a partir del molde, me echo a reír. O se me pone a mí máscara de tonto, como prefieras”.

Un 25% de la herencia

Hemos escrito al hijo de quien fuera secretario del pintor, Nicholas Descharnes, presente durante el test que en 2007 realizó en París el doctor norteamericano Michael F. Rieders, director de NMS Labs. Disponían de una sonda gástrica usada por el pintor y fue el elemento de referencia para realizar el análisis. Su respuesta tampoco ayudará a Pilar: “Rieders solo me dijo por teléfono que no había suficientes coincidencias entre el ADN extraído a Dalí y el de la Sra. Abel para determinar si era su hija. Supongo que, como doctor, con un asunto tan confidencial, no pudo enviar el documento a nadie, excepto a la propia Sra. Abel. Es por eso que no tengo documento alguno, solo la palabra del Dr. Rieders”.

Llegado el caso, la defensa de Pilar Abel solicitará la exhumación de los restos del pintor, enterrados bajo la cripta de su museo, en Figueras (Girona), para practicar las pruebas de ADN necesarias. Si se demuestra que Pilar Abel es hija de Salvador Dalí, le correspondería la legítima: un 25% de la herencia total del pintor. Es imposible someter a cálculo el valor de su obra, que ostenta el Estado como heredero universal, sin embargo, el montante económico de lo que sí puede venderse nada tiene de surrealista. Algunos dan la robusta cifra de 300 millones de euros.