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Ricardo Urgell, fundador y dueño de Pachá: “No hay nada más hortera que un rico”
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canal + ha emitido un documental sobre su vida

Ricardo Urgell, fundador y dueño de Pachá: “No hay nada más hortera que un rico”

El 'discotequero más viejo del mundo' protagoniza un documental sobre su vida y su negocio, Pachá, un emblema del ocio nocturno que ha dado la vuelta al mundo

“Me he constipado”. Esa es la primera frase con la que recibe a Vanitatis el ‘discotequero más viejo del mundo’, tal y como se define Ricardo Urgell, fundador y mantra de Pachá, esa discoteca nacida en Sitges en 1967 y cuya marca alcanzó renombre con un local en la Ibiza hippie de 1973; un lugar dispuesto para el hedonismo que fue producto de un joven inquieto que ahora protagoniza el documental El arquitecto de la noche, estrenado por Canal + esta misma semana. Urgell es un hombre de maneras suaves y lento conversar que, sin embargo, no esquiva preguntas como sí hacen otros en su misma posición.

Primer baile de la noche (en este caso, mañana): pedirle a Urgell, un hombre que ha llevado la famosa marca de las dos cerezas a todo el planeta, que hable de los ricos, un grupo en el que él podría encajar a la perfección, pese a que se desmarca del mismo con pasmosa habilidad. “Cómo tienen que demostrar que son ricos, acaban siendo horteras. Yo no llevaría nunca una maleta de Louis Vuitton pero en Ibiza ahora hay tipos con Ferraris, Rolex… porque esos nuevos millonarios tienen que demostrar todo el dinero que tienen. Ser rico es una vulgaridad”. Sigamos con el baile, aunque ahora, más que al son del remix de turno, de las viejas músicas del cabaret, porque así fue como el joven Urgell se fijó en el mundo de la noche. Su abuelo, pintor, ejercía su oficio en cabarets y una cosa llevó a la otra: “Siempre me influyó mucho todo el mundo del espectáculo de la noche. Lo vi en cuadros y siempre me gustó mucho el cabaret. En la época en la que no existían las discotecas íbamos a cabarets de Barcelona. La palabra discoteca nace mucho más tarde. Antes se iba a los bailes”.

“Se me ocurrió hacer una boite. Siempre que voy a una discoteca digo que voy a un baile”, continúa diciendo. Aquellos guateques sesenteros hicieron que el joven que veraneaba en la Costa Brava se fijase en el modus vivendi de los turistas que invadían las playas de una España que empezaba a abrirse al resto del mundo. Cuando inauguró su primer Pachá en Sitges, allá por 1967, no hubo franquismos que valiesen para impedir la diversión: “Estaba prohibido todo, pero a la vez hacías lo que querías. Quizá haya menos libertad ahora de la que había en aquella época. En la época de Ibiza, aquello era un sueño. Si tú no te metías en política hacías lo que te daba la gana. Ahora he visto que van a hacer una ley para que no se pueda follar en una discoteca, por ejemplo. Me parece lógico. Hombre yo he visto algunos revolcones, pero tanto como follar…”, dice ocurrente.

“Los Borbones siempre han sido un poco golfos”

Pese a que en las postrimerías del franquismo no tuvo que sufrir ninguna restricción más allá de las lógicas, Urgell sí que vivió el cierre de dos de sus discotecas: “La administración siempre quiere hacer ver que trabajan y les viene bien tener cabezas de turco. Me cerraron una vez la discoteca de Ibiza porque pillaron a uno fumando porros. La de Madrid también por vender alcohol a menores que se colaban por la tarde con carnets falsos”, dice sin disimular su disconformidad con aquellas decisiones de la administración.

A Urgell tampoco le gusta que comparen su Pachá con la discoteca más mítica de Nueva York. “En España siempre hablamos de lo de fuera más que de lo nuestro. Studio 54 duró cuatro años pero por Pachá de Madrid pasaron exreyes, príncipes, princesas, todos los actores, todos los artistas… Pachá Madrid llegó a ser la discoteca número 1 del mundo, más que Studio 54”, afirma con rotundidad este hombre que, más allá del mundo de la noche, considera que la “máxima libertad es navegar. Cuando navegas te sientes pirata, como si fueses a conquistar nuevos territorios”.
Poco le queda ya por conquistar después de toda una vida dedicado al ocio nocturno, ese que ha hecho suyo, el que han disfrutado, como bien dice él mismo, desde Carolina de Mónaco a Don Juan de Borbón: “Era un hombre encantador al que le gustaban mucho las mujeres, como a todos los Borbones, y siempre venía a los desfiles de las Misses y las miraba con cara de pillín. Don Juan Carlos también ha sido un poco golfo desde siempre. Nuestro Rey de ahora se ve muy buen chico. Ya veremos si con los años se vuelve más parrandero. Yo recuerdo cómo ligaba con Sartorius cuando venía de jovencito a Pacha Madrid”, recuerda.

Pese a haber dominado, cual Baco, el mundo de la diversión nocturna de todo un país, Urgell, que sigue siendo relativamente desconocido para el gran público, reconoce que, de volver atrás, se buscaría un oficio “más relajado.Estoy em-Pacha-do”, comenta divertido. A pesar del empacho, Urgell es alguien que ha disfrutado de su oficio, el de darle a la gente diversión de alto standing que les proporcionase ese esparcimiento para olvidar las penurias de su día a día. Buen propósito que lleva cumpliendo casi medio siglo. Por todo ello, que el ritmo no pare...

“Me he constipado”. Esa es la primera frase con la que recibe a Vanitatis el ‘discotequero más viejo del mundo’, tal y como se define Ricardo Urgell, fundador y mantra de Pachá, esa discoteca nacida en Sitges en 1967 y cuya marca alcanzó renombre con un local en la Ibiza hippie de 1973; un lugar dispuesto para el hedonismo que fue producto de un joven inquieto que ahora protagoniza el documental El arquitecto de la noche, estrenado por Canal + esta misma semana. Urgell es un hombre de maneras suaves y lento conversar que, sin embargo, no esquiva preguntas como sí hacen otros en su misma posición.

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