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Marichalar pierde definitivamente contra 'Época', que le acusó de 'consumo de cocaína'
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RECURRIÓ EN APELACIÓN UNA SENTENCIA DE 2014

Marichalar pierde definitivamente contra 'Época', que le acusó de 'consumo de cocaína'

En 2008 una portada demoledora exponía como causa de divorcio de doña Elena el consumo ocasional de cocaína. La justicia ha dado la razón a la prensa

Foto: Jaime de Marichalar, en una imagen de archivo (Gtres)
Jaime de Marichalar, en una imagen de archivo (Gtres)

Con todo lo que ha ocurrido en la Casa del Rey desde el accidente de Botsuana, la separación de doña Elena y Jaime de Marichalar –sucedida en noviembre de 2007– suena casi a cuento para dormir a los niños. Sin embargo, fue la primera gran fisura en la estabilidad de la monarquía, y a uno de sus protagonistas cierta información surgida al respecto le quitó el sueño durante mucho tiempo. Y se lo seguirá quitando. La revista Época publicó el 26 de septiembre de 2008 que uno de los motivos que habían arruinado el matrimonio era el “consumo ocasional de cocaína” por parte de Marichalar. Eso habría alegado la infanta en su demanda de separación. Y esa demoledora frase apareció en portada. Jaime Marichalar emprendió acciones judiciales.

ElJuzgado de lo Penal nº 13 de Madrid absolvió en primera instancia a los periodistas Carlos Dávila y Eugenia Hernández de un delito de injurias graves con publicidad. Era enero del año pasado. El exyerno de Don Juan Carlos recurrió en apelación ante la Audiencia Provincial y se ha estrellado contra una nueva sentencia absolutoria que no admite recurso.

Dice la sentencia que Eugenia Hernández recibió esa información de fuentes cercanas a la pareja, que llamó a Casa Real para contrastar su información sin obtener respuesta, consultó con otros allegados a la expareja, elaboró un dossier con informaciones ya publicadas al respecto y consultó el volumen Spain: Paradox of values/contrasts of confusion (Frank Arencibia, 2003). Tanto ella como Carlos Dávila, director del semanario que elaboró la información en portada, creyeron en la información, señala la sentencia, y doña Elena no hizo ningún desmentido a título personal.

La Audiencia Provincial de Madrid reproduce prácticamente todos los puntos absolutorios del Juzgado de lo Penal: ambos periodistas son reputados profesionales de la información; realizaron todas las comprobaciones que racionalmente se les puede exigir; el querellante es una persona de notorio interés y dimensión pública,y la información sobre su separación revestía no menos interés. Además, señala el tribunal que, pese a usar un “ardid periodístico” para llamar la atención en portada, la información era respetuosa y no revelaba nada que no hubiese sido objeto de noticias y rumores desde que el exduque de Lugo sufriera aquel ictus de diciembre de 2001.

El juicio del millón de euros

Ciertamente, tras sufrir aquel accidente cerebrovascular, la reputación de Jaime Marichalar resultó gravemente dañada en los corrillos de Madrid. El exduque de Lugo llegó a reconocer, contestando afirmativamente, a la tesis expuesta por el abogado defensor en la vista oral, celebrada en junio de 2012: “Cuando sufrió el ictus en diciembre del 2001, los medios de comunicación manejaron como posible causa, dada su juventud, el consumo de cocaína”, tal y como recogió Vanitatis. En aquella vista oral, la defensa de Dávila y Hernández expuso asimismo lo curioso deque la Casa del Rey no hiciese nada por entorpecer la publicación de tal información y ni siquiera tratar de suavizar una portada que acabaría siendo tan impactante.

Todas las redacciones saben que Zarzuela usa el teléfono, con delicadeza y mano izquierda, para charlar con periodistas de renombre cuando una información delicada flota en el ambiente. Esta vez a Marichalar lo dejaron solo. El exmarido de la infanta puso como precio a su honor un millón de euros. Seguramente lo vale, pero él será el único que deba aflojar la cartera para hacerse cargo de las costas judiciales.

Con todo lo que ha ocurrido en la Casa del Rey desde el accidente de Botsuana, la separación de doña Elena y Jaime de Marichalar –sucedida en noviembre de 2007– suena casi a cuento para dormir a los niños. Sin embargo, fue la primera gran fisura en la estabilidad de la monarquía, y a uno de sus protagonistas cierta información surgida al respecto le quitó el sueño durante mucho tiempo. Y se lo seguirá quitando. La revista Época publicó el 26 de septiembre de 2008 que uno de los motivos que habían arruinado el matrimonio era el “consumo ocasional de cocaína” por parte de Marichalar. Eso habría alegado la infanta en su demanda de separación. Y esa demoledora frase apareció en portada. Jaime Marichalar emprendió acciones judiciales.

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