La historia de los tres vestidos de novia en la boda de Alba Carrillo y Feliciano López

No hay dos sin tres. Desde que se supo que Alba Carrillo y Feliciano López se casaban este viernes 17 de julio en Toledo, se dispararon los rumores acerca de cuál sería el vestido de la novia. Finalmente, han sido tres los que ha lucido Alba en el enlace, celebrado en el Alcázar de Toledo y al que han acudido invitados como Fernando Verdasco, Ana Boyer, Loles León o Teresa Bueyes.

El primer vestido que lució la novia fue realizado en brocado de seda natural, de escote cuadrado y acabado en mangas y espalda en chantilly francés; falda de volumen moderado con una espectacular cola de 2 ,5 metros. También lució un velo liso de tul y seda.

Para el inicio del convite, que contaba con un espectacular menú al que tuvo acceso Vanitatis, Alba Carrillo quiso hacer un guiño al mundo del tenis, profesión de su ya marido, Feliciano López y junto con Rosa Clará diseñaron un vestido inspirándose en las tenistas de los años 40 y 50. El vestido fue realizado en tul de seda natural con aplicaciones de vainicas, simulando los plisados de las faldas que se llevaban en aquella época. Para darle un toque más contemporáneo, la diseñadora añadió bordados tipo joya al tono del traje que Alba también llevó como tocado.

El tercer vestido fue lucido por la modelo en el momento del baile. En esta ocasión era de corte sirena con pedrería en tonos marfil e hilo de plata con un espectacular escote en la espalda.

Una boda cargada de anécdotas

Vestido aparte, la ceremonia dejó tras de sí un reguero de anécdotas que incluyen los siete minutos tarde de la novia, que llegó con retraso a la ceremonia, o el equívoco de Feliciano a la hora de pronunciar los votos. En lugar de lo que debía decir (“Yo, Feliciano, quiero a Alba como esposa”) empezó la frase con un “Yo, Alba” que se convirtió en la comidilla de las redes sociales. Otra anécdota reseñable fue la protagonizada por Paloma Gómez Borrero que realizó una lectura para los novios con bendición personal del papa Francisco incluida.

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Uno de los momentos más emocionantes de la velada fue aquel en el que Juan Peña se puso a cantar la canción Noche de Bodas de Joaquín Sabina. Feliciano no pudo evitar emocionarse al escuchar la letra del tema.

Las raquetas alzadas por parte de los compañeros de profesión de Feliciano a la salida del Alcázar fueron otro de los detalles de una 'boda búnker' cuyo lugar de celebración cambió repentinamente y cuyas imágenes más destacables fueron desveladas por alguno de los invitados que, cómo no, hizo uso de su teléfono móvil. De lo que no cabe duda es de que la del tenista y la modelo ha sido una de las grandes bodas de este verano.