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Olivia Valère, dispuesta a ayudar a Kimera, la 'royal' desahuciada
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LA CANTANTE HA SIDO DESAHUCIADA

Olivia Valère, dispuesta a ayudar a Kimera, la 'royal' desahuciada

La empresaria que pone ritmo a Marbella desde la discoteca que lleva su nombre desconocía el desahucio de su amiga Kimera, cantante coreana creadora del género de la ópera rock

Foto: Olivia Valére en un posado exclusivo para Vanitatis (@dansanphoto)
Olivia Valére en un posado exclusivo para Vanitatis (@dansanphoto)

“Me encantaría poder a ayudar a Kimera. No sabía que la habían desahuciado. Sabíaque tenían problemas económicos fuertes, pero no que había tenido que dejar Villa Melodie. Conocí Marbella gracias a ella y los favores siempre hay que devolverlos”. La frase es de una de las grandes de la noche marbellí, la empresaria de origen francés Olivia Valère, que desde hace justo 30 años regenta la noche en esta localidad emblemática de la Costa del Sol.

Desde su finca El Chaparral, a orilla del mar, la televisiva emprendedora explica que no dudó en subirse al avión que la cantante coreana Kimera, creadora del género de la ópera rock y descendiente de la familia imperial y además esposa del empresario libanés Raymond Nakachian, fallecido el año pasado, había fletado en París para acudira su fiesta de cumpleaños en Estepona, Málaga. Era el 5 de enero de 1985. Olivia era uno de las amigas que Kimera había hecho en París, donde vivió desde los 22 años, terminó sus estudios en la Sorbona y se casó sin el consentimiento familiar con el libanés. Los negocios del empresario les trajeron a Málaga. Entonces los Nakachian era inmensamente ricos y sus fiestas en la Marbella de Jesús Gil eran el paraíso de lo kitsch y la excentricidad. Pasaron de la burbuja jet set a la primera plana de los periódicos cuando su hija Melodie fue secuestrada (y rescatada 11 días después) el 9 de noviembre de 1987.

De la gloriaal desahucio

Olivia Valère cuenta que quedó cautivada por el clima, cerró su discoteca en París y la abrió en Marbella “gracias al descubrimiento” que le hizo la familia Nakachian. Olivia comenta la noticia a su hijo Arnaud, ella acaba de llegar de un viaje fuera de España y estaba desconectada de la actualidad del país. “Les ayudamos ya otra vez. Y con gusto lo haremos ahora. Raymond era una persona excepcional. Muchagente no lo sabe, pero gastó muchísimo dinero de su fortuna en investigar contra el cáncer que se lo llevó”, asegura la propietaria de la discoteca que lleva su nombre.

La caída de este matrimonio, un gigante de la jet set de la costa del Sol, comenzó en 2007, cuando detuvieron al fallecido Raymond Nakachian en Marruecos debido a una orden de extradición expedida por Arabia Saudí. Pasó 100 días en una cárcel en Rabat donde compartió celda con 70 presos. Su mujer hipotecó Villa Melodie para pagar los sobornos de guardianes y reclusos. “Me gasté más de un millón de euros para que no muriese de hambre y de sed en presidio”, explicó Nakachian a Vanity Fair. Hoy, el banco Jyske Bankreclama su dinero.

A esto se unió que invirtió 250 millones en una finca cerca de Ronda donde quería construir un complejo de lujo, pero la junta de Andalucía recalificó los terrenos como parque natural. La deuda con el banco, el danés Jyske Bank, era de "alrededor de dos millones y medio de euros. No consiguieron reunir la cantidad y finalmente se ha ejecutado el temido desahucio, que Raymond llevaba seis años trabajando para poder volver areunir el dinero. Hace un año ya se evitó para que Nakachian muriese sin preocupaciones en su amada mansión de Estepona rodeado de sus hijos (a su entierro apenas acudieron celebridades y sí antiguos mandatarios municipales de la época de Jesús Gil). El matrimonio siempre estuvo muy agradecido a España, a la Policía que recuperó a su hija y su vida giraba entorno a los 2.000 metros cuadrados de Villa Melodie (sus más de 80.000 metros de parcela se fueron vendiendo para sufragar las deudas), un lugar del que nunca quisieron salir. “Solo espero que no haya cambiado de teléfono”, asegura Valère.

“Me encantaría poder a ayudar a Kimera. No sabía que la habían desahuciado. Sabíaque tenían problemas económicos fuertes, pero no que había tenido que dejar Villa Melodie. Conocí Marbella gracias a ella y los favores siempre hay que devolverlos”. La frase es de una de las grandes de la noche marbellí, la empresaria de origen francés Olivia Valère, que desde hace justo 30 años regenta la noche en esta localidad emblemática de la Costa del Sol.

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