Carmen Martínez-Bordiú contraprograma a su amiga Isabel Preysler

Carmen Martínez-Bordiú es una mujer que se atreve con todo. Se colocó mallas ajustadas como una trapecista y bodis de purpurina con lentejuela de domadora para participar en el concurso de TVE Mira quién baila y salió victoriosa. Si poco le habían importado los comentarios poco generosos de la gente sobre su manera de vivir, mucho menos los que criticaban que ni por edad ni por hechuras podía vestirse con ciertos estilismos.

“Hace mucho tiempo que dejé de escuchar a los que pretenden hacer daño con sus comentarios”, decía en aquel momento cuando desde su propio ambiente criticaban su audacia. Por eso no sorprendía que su próxima aparición estelar fuera como modelo de tallas grandes en la pasarela Curvies de El Corte Inglés el próximo día 9 de septiembre en el palacio de Cibeles. Ver a Carmen desfilando para Couchel, una firma diseñada especialmente para mujeres que se visten con tallas por encima de la 44, era un buen reclamo. Y más cuando el acto se celebrará el mismo día en que su amiga Isabel Presyler presentará (si no hay cambios) oficialmente a su novio, Mario Vargas Llosa, en la inauguración de la tienda de Porcelanosa en Nueva York. Una contraprogramación perfecta.

Lo que llamaba la atención era el precio que iba a cobrar por el trabajo de modelo eventual. La cifra que se había filtrado era la de 11.000 euros. Una cantidad inferior a laque en su día cobraron Caritina Goyanes o Paola Santoni por ser la imagen de la misma firma. La propia Carmen Martínez-Bordiú aclara la historia a Vanitatis: “No voy a desfilar. Por el momento solo asistiré el día 9 al desfile como invitada. Nada más. Si hay que gestionar otras cosas lo hará mi representante”.

Con lo cual, Carmen no cierra ninguna puerta a ese mundo laboral de la moda de tallas grandes. Y, por lo tanto, podría ser que en un futuro la firma cuente con ella como imagen de estos diseños que tienen muy buena aceptación entre las mujeres con un perfil físico parecido al suyo.