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El hijo de Elena Arnedo y Miguel Boyer: “Mi madre murió tranquila y en paz”
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falleció víctima de un cáncer

El hijo de Elena Arnedo y Miguel Boyer: “Mi madre murió tranquila y en paz”

En muy poco tiempo los dos hijos mayores del exministro socialista han perdido a su padre, a su abuelo y a su madre. "Es muy doloroso y muy duro", decía Laura Boyer desconsolada

"En tan poco tiempo hemos perdido a mi madre, a mi abuelo y a mi padre. Todo esto en un año. Es doloroso y muy duro". Así se expresaba desconsolada Laura, la primogénita de Elena Arnedo y Miguel Boyer, en el tanatorio Norte de Madrid, lugar al que se trasladó el féretro a las pocas horas de fallecer la doctora. Hasta allí llegaron varias coronas de familiares directos, del Ayuntamiento de Madrid, donde Arnedo fue concejala; de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuyos miembros la homenajearán en breve; de sus compañeros de hospital… Era una mujer querida y respetada.

En el tanatorio sus hijos recibían a los amigos. Miguel, más entero, explicaba que “durante este último año, la verdad es que mi madre prefería estar con poca gente y antes tampoco hacía mucha vida social porque se pasaba el día cuidando a mi abuelo y a una amiga que también tenía cáncer. ¡Cómo es el destino. Ella sí que se curó! Mi madre era una mujer muy positiva y con un carácter alegre”.

“Fíjate cómo es la vida, que tengo tres hijos y la pequeña es igual que ella. La misma cara, los mismos ojos, supercariñosa, muy dulce… Mi madre decía que cuando ya no estuviera la íbamos a ver reflejada en la niña y es verdad”, contaba Miguel, una copia de Boyer con el mismo aspecto físico, la misma mirada de sabio despistado y con la misma pasión por la economía y la filosofía. Laura, con una vida menos equilibrada que su hermano, estaba muy arropada por su hijo Hugo, pero aun así reflejaba una gran soledad. “Cómo la voy a echar de menos”, decía.

Efectivamente en muy poco tiempo Laura y su hermano Miguel han visto cómo las personas más queridas desaparecían de sus vidas. Sobre todo Elena, que fue siempre el sostén afectivo de la familia. “Mi madre tuvo tiempo de despedirse. Sabía en qué condiciones estaba y durante todo el verano estuvimos juntos. Es difícil procesar que la persona a la que quieres y ves todos los días se va deteriorando y que el final es el que es”, contaba Miguel más entero aparentemente que su hermana.

Y muy importante en el hogar de los Boyer Arnedo fue el abuelo paterno, que fue también un referente en la vida de los nietos. En menor medida la bisabuela, la escritora Elena Soriano, que murió años antes. “Mi abuela era una mujer que hizo suya la liberación de la mujer y se dedicó a escribir, que era lo que le gustaba. Un día nos hacía caso y al otro no. Era especial como todos los miembros de mi familia”, explicaba Boyer Junior mientras Laura se dejaba consolar por sus primas reposando en uno de los sofás de la sala. Miguel volvía a recordar que “aunque desde hace tiempo sabíamos que era inevitable cuesta hacerse a la idea. Mi madre murió tranquila y en paz. En ese sentido podemos estar tranquilos. Es curioso cómo ahora estoy recomponiendo algunos aspectos de su vida con las anécdotas y vivencias que me cuentan amigos suyos”.

“Era excepcional, buena amiga y buena profesional”

Hay una frase que definía la manera de ser de la doctora y que ahora, una vez fallecida, se la recordaba una amiga a sus hijos: "Elena decía que era más cómodo facilitar la vida a la gente que lo contrario. Y además lo ponía en práctica. Era excepcional, buena amiga, buena profesional y absolutamente solidaria".

Y efectivamente lo era. Vivió volcada en la educación de sus nietos y en apoyar a su hija Laura, que de los dos hermanos siempre fue la que iba más agobiada. Un par de divorcios y cuatro hijos. Dos del primer matrimonio y los mellizos de doce años del segundo.

Elena Arnedo mantenía una relación magnifica con todos ellos y, de hecho, Hugo, el nieto mayor, que estuvo en el tanatorio apoyando a su madre, vivía con ella desde hace un año. “Era una forma de estar acompañada y al chico también le venía muy bien”, contaba un familiar.

Cerca de las doce de la noche los hermanos se despedían de su madre. Este martes se celebrará la incineración en el cementerio de La Almudena y el día 16 un funeral en la iglesia de San Manuel y San Benito, el mismo templo donde fueron bautizados Miguel Boyer, sus dos hijos y varios de sus nietos.


"En tan poco tiempo hemos perdido a mi madre, a mi abuelo y a mi padre. Todo esto en un año. Es doloroso y muy duro". Así se expresaba desconsolada Laura, la primogénita de Elena Arnedo y Miguel Boyer, en el tanatorio Norte de Madrid, lugar al que se trasladó el féretro a las pocas horas de fallecer la doctora. Hasta allí llegaron varias coronas de familiares directos, del Ayuntamiento de Madrid, donde Arnedo fue concejala; de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuyos miembros la homenajearán en breve; de sus compañeros de hospital… Era una mujer querida y respetada.

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