El drama de las mujeres del primer ministro portugués, Passos Coelho

Desde que le diagnosticaran un cáncer en 2014, Laura Ferreira, mujer del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, nunca ha escondido las consecuencias físicas de su enfermedad. No lo ha hecho en ninguno de los actos a los que ha acompañado a su marido a lo largo de este año y tampoco este domingo cuando acudió con él a las urnas para ejercer su derecho al voto.

Gracias a su apoyo y al del 37,4% de los votantes, Passos Coelho lograba revalidar su victoria y postularse como nuevo primer ministro luso para los próximos cuatro años. Su política de austeridad llevada a cabo en su anterior legislatura parece que le ha dado la victoria en las urnas, pero no ha sido este el único factor que ha sido determinante en su triunfo electoral. Su drama personal, especialmente el que vive su mujer desde que padece un osteosarcoma en la rodilla, también le ha hecho llegar al corazón de muchos votantes, según han asegurado algunos analistas políticos del país vecino.

Y es que la naturalidad con la que el líder del Partido Social Demócrata ha llevado la enfermedad de su mujer ha sido para muchos de sus simpatizantes la mejor evidencia de que Passos Coelho es un hombre como otro cualquiera, con los pies en la tierra. No dudó en emitir un comunicado cuando se empezó a especular con el estado de salud de Laura Ferreira y tampoco ha querido que su esposa esconda los efectos de la quimioterapia con pelucas o pañuelos.

Un gesto que incluso ha sido motivo de debate en la prensa lusa y que algunos han tildado de estrategia electoral, sobre todo en los últimos meses de campaña.

“Tengo miedo de morir”

“Tengo miedo de mis hijas, de mi familia, de mi marido. Tengo mucho miedo de morir. Pedro, tranquilízame y dame fuerzas”. Estas amargas palabras se recogen en la biografía de Passos Coelho presentada el pasado mes de mayo. Pese a la fortaleza que demuestra, Laura también ha tenido momentos de debilidad y Sofía Aureliano, autora de la última biografía del primer ministro, así lo recoge en su último trabajo.

Ferreira, casada con Coelho desde 2004 y madre de dos hijas –Teresa de 21 años, a quien tuvo con su primer marido, y Julia de 11, fruto de su matrimonio con el político portugués–, ha sido de manera involuntaria protagonista de la prensa de su país gracias a la imagen de unidad que demuestra su familia. El drama del primer ministro y su vida personal lleva meses siendo de interés público y las portadas de las revistas no han querido dejar escapar lo que consideran un buen filón informativo.

Además, a la tragedia que está viviendo su actual esposa se suma también la de su exmujer, Fátima Padinha, madre de las tres hijas mayores del mandatario portugués. Quien fuera miembro de una de las bandas musicales más famosas de su país en los años ochenta atraviesa actualmente una profunda depresión que la mantiene encerrada en su casa desde hace meses. Padinha, de 56 años, lleva 10 padeciendo una psoriasis que empezó acentuándose en las palmas de las manos y de los pies, pero que ya se ha extendido por todo el cuerpo y en la actualidad le impide moverse y desarrollar ningún trabajo.

“Mi hijo está tieso”

Pero por si el líder del partido conservador portugués tuviese poco con el delicado estado de salud de su mujer y su exmujer, hace unas semanas era su padre, el médico Antonio Passos Coelho, el que no dejaba en buen lugar al político. Aseguró que con las nuevas medidas de austeridad emprendidas por el Gobierno de su vástago, Pedro había pasado de cobrar 2.700 euros a ganar 2.200. Un sueldo que para Passos Coelho no es suficiente porque, según su progenitor, “gasta todo lo que gana”. “Hace poco ha tenido que hacer algunas reformas en su casa debido a la enfermedad de su mujer y ha tenido que pedir un crédito al banco. Está tieso”, aseguró el doctor Passos Coelho.

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