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Así es Sergio Scariolo, el hombre que ha llevado al oro el baloncesto español
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SE DEFINE COMO “UN PADRAZO DE FAMILIA”

Así es Sergio Scariolo, el hombre que ha llevado al oro el baloncesto español

Italiano, casado con una de las mejores jugadoras del baloncesto que ha dado España, y con dos hijos que viven los triunfos de su padre con una gran ilusión

Foto: Blanca Ares y Sergio Scariolo en una imagen facilitada a Vanitatis
Blanca Ares y Sergio Scariolo en una imagen facilitada a Vanitatis

El seleccionador del equipo español baloncesto, Sergio Scariolo (Brescia, Italia, 1961), ya es marbellí. Acaba de ganar el oro europeo y en estos días se dispone a cambiarse de casa. De frente ya tiene los Juegos Olímpicos de Brasil y entre el cielo y el mar, concede una entrevista a Vanitatis en la que participa su esposa, la exjugadora de baloncesto Blanca Ares, con quien ya lleva 20 años juntos.

La vida de Sergio Scariolo en Marbella transcurre entre el golf, el pádel y un poquito de vida social. En breve abandonará su villa de Sierra Blanca y se mudará a las faldas de la montaña de la Concha. Durante la entrevista no deja de matizar que él no es una estrella internacional del baloncesto. “Que va... Soy un padrazo de familia que hace sus deberes domésticos y lo que me queda de ocio lo dedico a mi fundación. Vivir en Marbella es espectacular, pero sin dejarse contagiar del oropel que la envuelve […] Mi vida es una vida bastante normal. Y así lo vive mi familia”.

Sergio está orgulloso de la selección de baloncesto, que bajo su batuta se ha traído a España la medalla de oro del Eurobasket. “Tengo bastante equilibrio personal. Y coloco el éxito y el fracaso cada uno donde tiene que estar. Este tal vez es un titulo especial, el menos esperado de los tres campeonatos ganados, pero también conllevaba su riesgo”. Pero llama poderosamente la atención cuando se le pregunta que cuál es su mejor recuerdo de la final y contesta lo siguiente: “Cuando mis hijos me abrazaron. Estaban supercontentos. La niña estaba eufórica, pero el niño casi se había quitado un peso, él sentía la presión del momento como conocedor del mundo del baloncesto que es”. ¿Cómo llevan ellos ser los hijos de quienes son? “Son niños que no presumen de ello, casi se esconden, no les gusta ser diferentes al resto de los compañeros”.

A su lado se encuentra Blanca Ares, una de las mejores jugadoras de baloncesto que ha dado España. No para de “chincharle” con el humo de su cigarrillo. “No te lo creerás (se ríe), pero es por lo único que discutimos en la vida. Es difícil discutir con él. Yo soy mas guerrera, pero él es muy pacifico”. Blanca tiene muy claro lo que le enamoró del italiano. “Su honradez y seriedad. Es muy honesto y solidario. Su confianza social. Son valores que enamoran más que un físico. Me da mucha paz, eso es lo importante, y toda la serenidad que cualquier mujer puede desear”.

Blanca pone ojitos cuando habla de sus comienzos y ella era comentarista en Canal+ tras haber dejado el baloncesto en activo. “Llegó a España hace 20 años, le vi y no dejé que se me escapara. Menos en el tabaco, que la tolerancia es cero, por los demás somos muy parecidas y muy diferentes. Las personas que son iguales se aburren, pero nosotros nos compensamos, ese es nuestro secreto”, explica la esposa del hombre que ha llevado a la selección de baloncesto a lograr su último oro.

Alessandro, su heredero baloncentista

Marbella se ha convertido ya en el hogar en el que ve crecer, junto a Blanca, a sus hijos Alessandro y Carlota. Los adolescentes son los niños de sus ojos. “Mi hijo juega en el Unicaja y apunta maneras en el mundo del baloncesto”. Precisamente Sergio llegó a Marbella cuando entrenaba al equipo malagueño. “Ojalá llegue a ser tan bueno como su madre”, espeta. Es muy joven aún, vamos a ver cómo va su desarrollo físico porque talento tiene”. Blanca apostilla que “el apellido Scariolo Ares le está presionando, aunque estamos enseñándole a vadear las maldades de un apellido”.

El matrimonio piensa que deben estar muy atentos al desarrollo de sus hijos en una ciudad como Marbella, en la que es complicada la educación. “Nos rodeamos de una gente en Marbella que son como nosotros, no nos juntamos con quien no nos aporta. Pero en los niños me preocupo. Para los adolescente es peligroso desarrollarse aquí, porque hay un entorno que les condiciona y tienes que hacer cosas que aunque no quieres te obligan para pertenecer al grupo. Marbella es preciosa, pero tiene trampa, pues tiene componentes poco reales. Y queremos protegerlos de esos valores”, recalca Sergio.

La vida que ambos llevan es tranquila. Esa es la tónica habitual que solo la rompen cuando salen a la calle y al reconocerles les piden un autógrafo. Aunque siempre tuvieron su base en la Costa del Sol, es la primera vez que tiene una auténtica residencia. En otra época sus compromisos con el Khimki de Moscú y el Olimpia de Milán le impidieron residir. “Siempre he mantenido mi base aquí. Tocaba irse y volver. Vivía entonces en Benalmádena, pero desde que llegué a Marbella ya no me quiero ir”.

Ensayos, Sabina y sus niños con leucemia

Le encanta oír a Sabina e ir al cine una vez a la semana “Pero no somos de salir después de cenar. Somos de pasear por el centro y disfrutar del casco histórico. Vamos al puerto cuando no hay mucha gente, porque me gusta el mar y el contacto visual me nutre”. Como padre “me toca escuchar todo, el reguetón que mi hijo me mete por los oídos o Rocío Jurado, que le encanta a Blanca. Pero yo me pirro por la música italiana”. Lee ensayos y su mujer, novela negra. Blanca detesta los folletines de amor. Y la última película de Amenábar no se la han perdido.

Al margen del ocio en familia, Sergio ocupa su tiempo libre luchando contra el cáncer. La Fundación Cesare Scariolo, nombre del padre del entrenador, al que se llevó la leucemia, ayuda a niños con enfermedades oncológicas en Málaga. “Damos ayuda económica o psicológica, se organizan momentos de diversión dentro y fuera del hospital y tenemos pisos cerca del Hospital Materno Infantil para que en los ciclos de quimioterapia los niños sólo tengan que hacer un mínimo desplazamiento y la familia pueda acudir rápidamente a su lado cuando están ingresados”. El entrenador piensa que “ellos dan tanto, que en el fondo es un regalo que los niños me hacen a mí”. Ahora se encuentra preparando una carrera solidaria en Marbella. “Negocio con el Ayuntamiento dos nuevos proyectos y estamos muy ilusionados. Estos niños me dan tanto que siempre es poco lo que podemos hacer con ellos”.

Sobre el tema político asegura que “lo que está viviendo ahora España en plena ebullición de multipartidos ya lo vivimos en Italia y no es bueno. Se necesita estabilidad. Cada país es diferente, pero hay que hacerlo muy bien para que las coaliciones puedan tener una línea gubernamental buena”.

Sergio lo apura todo. Ya le quedan pocos días de asueto. Dentro de nada tendrá que empezar a preparar los Juegos Olímpicos de Brasil del próximo verano. Será en agosto y “mi familia me podrá acompañar a Río de Janeiro, ya que los niños no tienen colegio. Están deseándolo”. Lo dicho, un italiano que busca el oro para España y que se ha convertido en un marbellí de pro.

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El seleccionador del equipo español baloncesto, Sergio Scariolo (Brescia, Italia, 1961), ya es marbellí. Acaba de ganar el oro europeo y en estos días se dispone a cambiarse de casa. De frente ya tiene los Juegos Olímpicos de Brasil y entre el cielo y el mar, concede una entrevista a Vanitatis en la que participa su esposa, la exjugadora de baloncesto Blanca Ares, con quien ya lleva 20 años juntos.

Sergio Scariolo
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